Acaponeta, Nay., Entre la desesperación por la pérdida de sus propiedades y la falta de atención, pero también con entusiasmo por encontrarse con el presidente Andrés Manuel López Obrador, miles de damnificados por el huracán Willa recibieron la noticia de que este mes y en enero les serán entregados 5 mil pesos como apoyo mientras terminan de limpiar sus casas.

Además, como parte de un programa emergente de cuatro acciones para mejorar su precaria situación, a partir de la próxima semana a cada familia se otorgarán enseres domésticos –refrigeradores, estufas, licuadoras, colchones, planchas– por 15 mil pesos, se impulsará un programa de construcción o reconstrucción de viviendas y se mejorará la infraestructura urbana ante la afectación de líneas de agua, drenaje, calles y caminos.

El titular del Ejecutivo salió ayer antes del mediodía de la Ciudad de México a Mazatlán, Sinaloa, en vuelo comercial, como un ciudadano más, y de ahí viajó alrededor de 150 kilómetros por tierra a Nayarit. Sin haber reforzado su seguridad –sólo con unos seis elementos de ayudantía– se mostró accesible con los ciudadanos que en los aeropuertos Benito Juárez y el de Mazatlán le pidieron selfies.

En Nayarit instruyó al secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer, hacerse cargo de la reconstrucción de los pueblos de ocho municipios afectados por el fenómeno el 23 y 24 de octubre pasado, utilizando mano de obra de las mismas comunidades; no con empresas contratistas, sino pagándoles salarios, jornales justos para que mejoren sus calles, para que haya también trabajo.

Explicó que así se logrará un triple propósito: realizar la obra, dar trabajo y que el dinero se quede en las mismas comunidades. Al programa emergente se destinarán 60 millones de pesos por ayuntamiento. Si no alcanza, vamos a buscar una ampliación, pero empezamos con 60 millones por municipio para mejorar las calles y los servicios públicos.

Las alcaldías afectadas por el desbordamiento de los ríos San Pedro y Acaponeta son Huajicori, Tecuala, Acaponeta, Rosamorada, Santiago Ixcluintla, Tuxpan, El Nayar y Ruiz. Según cifras oficiales, hay 180 mil damnificados a consecuencia de Willa.

Acompañado por el gobernador Antonio Echevarría, informó que instruyó al secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, que adelante las participaciones federales a Nayarit y se les pague a los trabajadores.

Entre cientos de pancartas con demanda de apoyos, tanto en el lienzo charro Óscar Cosío, de Acaponeta, como en el estadio de beisbol de Tuxpan –donde le entregaron una casaca del equipo de casa– el Presidente advirtió que el 25 de enero regresará para verificar las obras y entregar más beneficios: el aumento a la pensión de los adultos mayores –que prometió en campaña–, así como apoyo a niños, personas con discapacidad y a quienes formen parte del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

Aseguró que entregarán apoyos a todos los productores de la entidad para que tengan posibilidad de sembrar y producir alimentos.

López Obrador aprovechó en Acaponeta para preguntar a los damnificados cuántos han sido censados para recibir apoyos sociales. Para su sorpresa, la mayoría de las manos rechazaron haber sido visitados por los servidores de la nación que se encargan de registrar datos casa por casa. Ay, Manuel, ay, Manuel, expresó en referencia al coordinador estatal, Manuel Peraza Segovia. Ya vieron por qué es importante gobernar así, porque a mí no me van a engañar, subrayó, lo que generó rechiflas para el delegado.

En intensa gira que comenzó cerca del mediodía, el Presidente se detuvo varias veces para platicar con damnificados por el huracán. Visitó algunas casas de Los Sandovales –pueblo que desapareció tras los desbordamientos–, donde constató los daños y la precariedad en que viven los habitantes. Una mujer le expresó que tiene fe en que no los dejará solos; otra, de la tercera edad, acompañada de su esposo, le contó que ni baño tiene porque se lo llevó el agua, y un hombre le mostró cómo fueron arrasados hasta sus corrales.

También escuchó a productores y ciudadanos que solicitaron su apoyo para la reconstrucción de una escuela. Por la noche, rumbo al aeropuerto, decenas de personas lo detuvieron en la caseta Tepic-Mazatlán para hacerle una serie de peticiones. El Presidente regresó cerca de la medianoche a la Ciudad de México.