Buenos Aires. Después de una larga lucha de un grupo de ex combatientes de la guerra de 1982 –cuando militares de la pasada dictadura intentaron recuperar las islas Malvinas, bajo colonización británica– el juez federal Federico Calvete, de Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, imputó a varios de los cuadros superiores, implicados en torturas y abusos contra los soldados, la mayoría llevados a ese frente de guerra cuando cumplían el servicio militar obligatorio.

Durante el conflicto bélico con Gran Bretaña muchos de los soldados lucharon con el sentimiento de patriotismo por la soberanía de las Malvinas, reclamadas desde 1833, más allá de que la decisión fue tomada por el dictador de turno, Leopoldo Galtieri.

Sin embargo, algunos jefes militares fueron acusados por los sobrevivientes de haberlo sometidos a torturas y malos tratos.

En mayo pasado el fiscal federal de Río Grande, Marcelo Rapoport presentó una solicitud al juez Calvete, quien la aceptó y 18 de un grupo de 95 acusados deberán explicar el caso ante la Justicia Federal.

El abogado Jerónimo Guerrero Iraola, quien asesora al Centro de ex Combatientes (CECIM) de La Plata, que representa a los querellantes, sostuvo que por primera vez los denunciados estarán en el banquillo frente a un juez, lo que se consideró como un punto de inflexión en esta causa.

La defensa pidió la prescripción de estas denuncias, pero como se consideran delitos de lesa humanidad no prescriben, explicó Ernesto Alonso, quien ocupa la secretaría de derechos humanos del CECIM.