Viernes 7 de diciembre de 2018, p. 21
Ante la creciente capacidad exportadora de petróleo crudo de Estados Unidos, México corre el riesgo de convertirse en un comprador neto.
Ese escenario puede ocurrir, máxime con el antecedente de una importación de petróleo crudo ligero desde estados Unidos en noviembre, de 1.4 millones de barriles, opinó la especialista en temas energéticos del Tecnológico de Monterrey, Leticia Armenta.
De acuerdo con informes del gobierno estadunidense, las exportaciones de petróleo alcanzaron un máximo histórico de 3 millones de barriles diarios en junio pasado.
Según el Departamento de Energía, Estados Unidos produjo petróleo al mayor ritmo de su historia en el primer semestre, con 10.9 millones de barriles diarios en promedio.
La producción principal se localiza en la región de la Cuenca del Pérmico, en el oeste de Texas. Desde 2015, el gobierno está autorizado a exportar crudo, una política contraria a la historia estadunidense asociada al sector energético.
La prohibición para exportar petróleo era un asunto de seguridad nacional, dijo la especialista del Tecnológico de Monterrey.
Con el éxito del llamado fracking, el mecanismo que permite la explotación de hidrocarburos mediante recursos hídricos, pero que representa un riesgo ambiental, Estados Unidos satisface su demanda interna y puede generar exportaciones, agregó Armenta.
Ojalá que México no se convierta en importador de petróleo estadunidense
, dijo la profesora de esa institución académica al ser consultada sobre esta posibilidad.
Explicó que en noviembre pasado, México importó petróleo desde Estados Unidos aunque con una particularidad. Fue una especie de trueque
, dijo Armenta al precisar que utiliza este término para hacer entendible este proceso.
Explicó que México entregó a Estados Unidos petróleo crudo pesado porque las refinerías en ese país tienen la capacidad para procesarlo. A la vez, Estados Unidos exportó crudo ligero, que puede ser procesado en las refinerías de México.