La Ofunam ejecutará esa obra que honra a los estudiantes asesinados en el 68; poner el texto de esa liturgia en un coro de niños me pareció muy pertinente, dice el autor a La Jornada
Viernes 7 de diciembre de 2018, p. 3
El compositor Mario Lavista realizará el estreno mundial de Réquiem de Tlatelolco este fin de semana en la Sala Nezahualcóyotl, obra con la que honra la memoria de los estudiantes asesinados en 1968, en el régimen de Gustavo Díaz Ordaz.
Ese tema es de actualidad ‘‘en este México en que vaya que hay muertos”, sostiene en entrevista con La Jornada.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comisionó al autor esa obra para recordar la matanza en la Plaza de las Tres Culturas; ‘‘les dije que iba a hacer un réquiem de voces de niños, no conozco uno así. Me pareció muy adecuado poner el texto de esa liturgia en un coro infantil. Un réquiem de voces de niños y orquesta, en latín”, explica Lavista (Ciudad de México, 1943).
La Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam), con la conducción de Ronald Zollman, el grupo Niños y Jóvenes Cantores de la Facultad de Música, dirigido por Patricia Morales, interpretarán la partitura de Lavista.
El programa, que será completado con Canto fúnebre, de Ígor Stra-vinski, y La tragedia de Salomé, de Florent Schmitt, se inscribe en el ciclo conmemorativo M68: Ciudadanías en Movimiento, desarrollado por la UNAM.
‘‘Pensé que una voz blanca de los niños podría funcionar muy bien con la orquestación que manejo, llena de luces y sombras; podría adaptarse a la perfección a la orquesta y poner en su boca el extraordinario texto del Réquiem, que es pedir al Señor que dé paz a los muertos. Es hacerlo para todas las víctimas y más ahora en este México en que vaya que las hay”, considera.
Refiere que George Steiner escribió que el gran monumento a las víctimas del Holocausto nazi no son las esculturas y memoriales, sino El sobreviviente de Varsovia, de Arnold Schönberg. ‘‘La música tiene esa capacidad, esa fuerza para entrar directamente en el mundo de los muertos, y probablemente ellos la escuchan”.
Mario Lavista adelanta que para esta pieza eligió los fragmentos: el comienzo del Réquiem, el Kyrie; la parte central es el Dies irae con cuatro partes, el Dies irae, dies illa, el Recordare, el Confutatis y finalmente la Lacrimosa. ‘‘Me salté –prosigue– al Agnus Dei, qui tollis peccata mundi (Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo), que es el final de la obra”.
Destaca que se tomó la licencia musical de utilizar al principio y al final de Réquiem de Tlatelolco la frase gregoriana Requiem aeternam dona eis del siglo V o VI, proveniente del Liber usualis, un cuaderno de música que mandó recopilar el papa Gregorio.
‘‘Comienzo con el coro, lo uno después con la orquesta y al final vuelvo al mismo canto gregoriano a una voz, pero ahora lo hago acompañar por dos trompetas que están tocando un canto fúnebre secular, el Toque de silencio, que todos los ejércitos del mundo utilizan para anunciar la muerte.”
Hizo que esa llamada castrense ‘‘participara del homenaje a los muertos del 2 de octubre. Otra pequeña alusión es el comienzo del Dies irae, con el acompañamiento de un tambor militar. No quería hacer una obra anecdótica ni un panfleto, sino una obra litúrgica con la finalidad de honrar a los estudiantes masacrados por el gobierno de Díaz Ordaz en 1968’’.
Mario Lavista, quien en 1968 estudiaba en Francia, destacó el encargo de la UNAM de un réquiem, pues ‘‘todos los órganos de gobierno apoyaron la medida del presidente Gustavo Díaz Ordaz, y una de las pocas voces dignas en ese tiempo fue la del entonces rector de la máxima casa de estudios, Javier Barros Sierra”.
La tercera temporada de la Ofunam incluye el estreno mundial de Réquiem de Tlatelolco, de Lavista, este sábado 8 a las 20 horas y el domingo 9 al mediodía en la Sala Nezahualcóyotl (Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria).
