Antes del logro en Brasil, hubo una decena de intentos fallidos en EU, República Checa y Turquía
Jueves 6 de diciembre de 2018, p. 2
París. El primer bebé del mundo concebido por una mujer estéril gracias a un útero trasplantado de una donante fallecida nació en Brasil hace un año, indicó este miércoles la revista científica The Lancet.
Siete meses después del nacimiento, el bebé (una niña) se encontraba bien, pesaba 7.2 kilos y seguía siendo amamantada por su madre, igualmente en buen estado de salud, según el Hospital Universitario de Sao Paulo, que realizó el trasplante en 2016.
Es la primera vez, después de una decena de intentos fallidos en Estados Unidos, República Checa y Turquía, que un trasplante de útero a partir de una donante fallecida permite un nacimiento.
También es una primicia para un nacimiento mediante un trasplante de útero en América Latina.
Mayor acceso a tratamiento
Desde la primera donación de un útero a partir de una mujer con vida, en 2013 en Suecia, se llevaron a cabo 39 trasplantes, de los cuales 11 permitieron a la paciente dar a luz.
El recurso a donantes fallecidos podría ampliar considerablemente el acceso a este tratamiento por las mujeres que sufren esterilidad de origen uterino
, declaró Dani Ejzenberg, quien dirigió la experiencia en el Hospital Universitario de Sao Paulo, citado por The Lancet.
Hasta ahora, “el único embarazo acontecido después de un trasplante de útero retirado post mortem fue en 2011 en Turquía” y resultó en un aborto espontáneo, según Srdjan Saso, del departamento obstétrico del Colegio Imperial de Londres.
Esta exitosa experiencia presenta varias ventajas respecto del útero de una donante viva: el número potencial de personas que den sus órganos es mayor, es más barato y evita los riesgos para la donante viva
.
Para Andrew Shennan, obstetra del Colegio Real de Londres, la operación “abre la vía a la donación post mortem, como es el caso para otros órganos, lo que permitiría a las mujeres que no pueden concebir un bebé debido a un útero defectuoso tener un embarazo sin depender de donantes vivas ni recurrir a la adopción o a una madre de alquiler”.
La operación se llevó a cabo en septiembre de 2016. La madre que recibió el útero tenía 32 años y nació sin este órgano (síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster)
El órgano procedía de una mujer de 45 años fallecida de un derrame cerebral y donante de varios órganos (corazón, hígado, riñones), de tipo de sangre 0 Rh positivo.
Intervención quirúrgica de 10 horas y media
La operación duró 10 horas con 30 minutos y fue seguida de un tratamiento inmunosupresor para evitar el rechazo del órgano por el organismo de la paciente.
Cinco meses después del trasplante, la mujer tuvo las primeras menstruaciones normales, y dos meses después, con la transferencia del embrión, el embarazo comenzó.
El proceso de gestación se desarrolló sin dificultades y el bebé nació por cesárea a 36 semanas de embarazo, el 15 de diciembre de 2017, en estado ligeramente prematuro, pero considerado oportuno para los médicos con la finalidad de evitar complicaciones.
El bebé pesaba 2.550 kilos y se hallaba en perfecto estado de salud. El útero fue retirado durante la cesárea para cesar el tratamiento inmunosupresor, muy duro para la paciente. El niño y la madre dejaron el hospital al cabo de tres días.
Los autores del estudio subrayan que el trasplante del útero post mortem puede abrir nuevas posibilidades, puesto que en muchos países ya existe una regulación sobre estas donaciones.