Opinión
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Isocronías

Tiempos

E

l tiempo está algo opaco, / ya no, de transparente, ya no / como antes/ brillaba/ brilla, ya ni modo, ya / no. // Pero esta opacidad es algo amable, / bastante, diría yo, / tiene lo suyo de caricia, de intimidad, de cercanía. / Opaco el tiempo / lo suyo tiene de apartada estancia, de milagro / discreto. // Tiempo es de opacidades / verdaderas, que no de brillanteces / falsificadoras, que / cómo abundan. / Tiempo es de que el tiempo sea tiempo, y nada más. / Nada de eternidades, nada de hipnotismos, sólo el tiempo, // que se da / y con el cual / uno a tiempo / y a gusto / abasto / bien se da.

No aludo a nada, es un sentir –un sentir que se dice, que casi sin decir se está diciendo y que, como el tiempo mismo, puede cambiar. Por el momento tal es el sentir que siento, que se deja (no se hace) sentir, en equilibrio bien plantado, mas danzante. ¿Hablo de mí? No: habla de mí, y no sólo. Pero ahí lo dejamos.

Existen el frenesí y la exultación, que se parecen, mas no lo mismo son.

Escribo esto desde Guadalajara, donde ambas manifestaciones del ánimo, por la feria del libro, por la asunción del nuevo Presidente del país, se han hecho presentes, se han hecho, precisamente, sentir.

Más desapercibido pasó el que la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconociera como bien cultural inmaterial de la humanidad la romería a Zapopan, la tradicional ‘‘llevada de la Virgen”.

Mas eso seguramente también cuenta. La atmósfera, no obstante, poco a poco regresa a su vibración habitual (no vivo acá, pero creo conocerla).

La un tanto idolatría del libro, la alfombra roja o (un tanto) pasarela de los escritores, cederá paulatinamente, esperemos, el paso a la lectura, a la simple y atemperada lectura –y el estrellato al oficio, y la luz estroboscópica a la paciencia, con buena suerte sabia.

Que la alegría desmedida, fuera de sí –si es que de esa manera puede señalársela–, en cierto modo bipolar o, como antes se le denominaba, maníaca, se disperse, se esfume, desaparezca. Pero que la alegría sana no nos abandone. Tal mi deseo, para mí, para todos.