Miércoles 5 de diciembre de 2018, p. 35
Mérida, Yuc., Desde hace varios meses, Greta Martínez ha recorrido el entramado del sistema de justicia en busca de que la protejan de su ex pareja, Hugo C. V., quien le dio una golpiza que le provocó fracturas craneales y le deformó el rostro. Durante varias semanas estuvo sin habla y en riesgo de quedar ciega.
La mujer solicita al Poder Judicial medidas cautelares para ella y su hijo de 10 años, después de que la Fiscalía General del Estado (FGE) de Yucatán le negó la custodia del menor y ni siquiera solicitó una orden de aprehensión contra el agresor.
En marzo pasado el hogar que por 13 años Greta formó con su hoy ex pareja se convirtió en un infierno. “Empezó la violencia física constante, de menos a más, ya no paró: me aventaba, me tomaba del cuello, me pateaba en el estómago, me decía cosas muy fuertes: ‘Voy a acabar contigo’, ‘voy a terminar con él’, refiriéndose a nuestro hijo”.
Sus dichos están sustentados en videos de cámaras de seguridad de la casa donde habitaban. En una grabación se observa uno de los ataques, que siguen impunes, pues el presunto agresor permanece en libertad.
Greta perdió el habla por semanas; sus ojos se inflamaron a causa de la constante crisis nerviosa y ha perdido masa muscular después de haber sido instructora de gimnasio.
En entrevista con La Jornada Maya, Greta se quejó del trato de las autoridades del Centro de Justicia para la Mujer (Cejum), dependiente de la FGE de Yucatán, adonde acudió en busca de ayuda ante las agresiones físicas de su ex pareja, después de un largo periodo de silencio y encierro.
Quieren que te maten
Los responsables del Cejum le indicaron que tenía que haber sufrido lesiones que tardaran más de 15 días en sanar para que procedieran en contra del agresor. Me dijeron que si no traigo marcas o golpes no me pueden levantar una denuncia. Quieren que te maten o ver sangre
.
Greta señala a Vanesa Ucán, funcionaria del Cejum y presunta agente del Ministerio Público: “Cuando le dije que me diera un momento para respirar, esa persona me dijo: ‘No, por favor, dramas no’. Yo estaba en lo mío. Salí e incluso me oriné”.
Su caso no es único. Relata que fue testigo de cómo una mujer de origen maya fue maltratada por funcionarias del Cejum. “Llegó una señora que hablaba maya, muy asustada. Una persona le dijo: ‘Por favor, ya estamos aquí y te van a ayudar’, pero una de las ministeriales, nada cortés, le dice: ‘Cuando vayan a traer a alguien que hable maya tienen que avisar para que haya un traductor’”, dijo.
Por gestiones de activistas ante el fiscal Wilbert Cetina Arjona, Greta ahora tiene frente a su domicilio una patrulla con dos elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, pero busca que el Poder Judicial emita metidas cautelares en su favor.
Greta permanece atrincherada en su casa. El miedo a que regrese su agresor la ha obligado a colocar botellas rotas y alambres de púas en los muros para evitar que el sujeto entre.
De la fiscalía no espero nada. Ellos me pusieron en peligro todo este tiempo. Apenas el sábado, por presión de las activistas, tuve protección. Sé que no ha habido ni habrá trabajo de la fiscalía. Nunca turnaron mi carpeta
, finalizó.
El caso fue retomado por activistas que exigieron a la Fiscalía Especializada en Atención de Delitos contra la Mujer y por Razones de Género un informe detallado sobre el manejo legal de este caso.