Monterrey, NL. Monterrey le gana el primer duelo a Santos en la liguilla, por marcador 1-0. La ventaja fue una obra digna de recordar, con un Rogelio Funes Mori convertido en artista y con una chilena majestuosa. El duelo de vuelta se definirá el sábado primero de diciembre en la cancha del TSM Corona.

El partido no estuvo cargado de ningún lado. Ambos equipos mostraron hambre y jamás se confiaron ante la presión adversa. Tanto Jonathan Orozco, como Marcelo Barovero tuvieron que emplearse a fondo para salvar sus porterías ante la presión de los atacantes.

Si acaso, Rayados había tocado un poco más la pelota, pero el juego fluía de un lado a otro. Sin goles, pero con buen futbol. Con todo, Monterrey sacó lo mejor de su repertorio casi al final de la primera parte y tuvo cercado a Santos, sin lograr abrir el marcador.

El regreso al campo repitió la dosis: Rayados desbocados por encontrar el área de los laguneros; estos respondía con la misma proporción y lograron hacer sudar a Barovero.

El colombiano Dorlan Pabón generó peligro con un tiro por el lado derecho, pero el balón pasó por un lado del poste y después Jesús Gallardo intentó rematar un centro pero Orozco rechazó.

Funes Mori había merodeado el área desde el inicio del partido. El gol lo traía atado a los botines. No llegaba, pero a un depredador como el argentino, tarde o temprano le llega la paga y lo consiguió con una trabajo artesanal y de gran carga estética al minuto 60. Una pieza clásica de museo: recibió con el pecho, según dicta el canon, y definió con una chilena que levantó al público para celebrar.

Y casi de inmediato, el mismo Funes Mori tuvo una más a modo, pero que se le estropeó en los botines. Enfiló al área, sin fuera de lugar, dejó atrás a la defensa lagunera. Perfilado en el área, cuando debía serenarse para cruzar el disparo, la presión del defensa y la salida del portero lo hicieron precipitarse para arruinar la oportunidad y entregarla a las manos del guardameta.

Al verse abajo, el cuadro lagunero trató de responder y generó algunos arribos, pero no podía concretar las oportunidades, por lo que se mantenían con la desventaja en la pizarra.

El duelo mantuvo el ritmo vertiginoso, pero faltó puntería, sobre todo para el Monterrey, que pese a algunas llegadas, se perdía en malas definiciones o en intervenciones oportunas de la zaga de Santos o del portero Orozco.

En la recta final ambos equipos tuvieron oportunidades ante la cabaña rival, pero el marcador ya no se movió y así los locales se adjudicaron la victoria.