Jueves 29 de noviembre de 2018, p. a13
Cruz Azul refrendó la posición en la que entró a la liguilla y se desenvolvió con señorío. El líder jugó como tal y derrotó 2-0 en el partido de ida de los cuartos de final al Queréta-ro, de visita al estadio Corregidora. El resultado deja a La Máquina con un pie dentro de las semifinales y con toda la voluntad y las condiciones para no repetir ese funesto neologismo de cruzazulear.
Una liguilla de otra era. El mismo futbol, pero con otras emociones. Un gol anulado, después, validado por la intervención del VAR. La jugada al minuto 16 fue una un artificio preciosista, Adrián Aldrete la recibió en el área, la controló con clasicismo, y la centró con una zurda precisa, la pelota llegó para que Pablo Aguilar la empujara con eficacia. La elaboración merecía un premio, además del gol. Pero el árbitro decide invalidar la jugada y por tanto la anotación,
Después de algunas maldiciones, recurren a ese nuevo actor del futbol, y tras revisar el videoarbitraje regresa corriendo el silbante Diego Montaño para anunciar, que siempre sí, aquella coreografía celeste era sin lugar a dudas un gol y así La Máquina se puso adelante 1-0 al minuto 17.
Después del gol, Cruz Azul lucía más cómodo, con mejor entendimiento entre las líneas. Sabían que ahora ya podían hacer lo planeado.
Enfrente, Querétaro no bajó la guardia, pero apenas tuvo algunos amagos, casi siempre de Camilo Sanvezzo, pero sin fortuna. El nerviosismo apuró jugadas que con un poco de freno, de mesura ante el avance, quizás podían llegar más lejos.
El descanso fue un remanso para reafirmar el ánimo de los celestes, y una urgente pausa para que el técnico Rafael Puente apretara algunas tuercas en el Querétaro,
El receso le cayó mejor al cuadro cemenetero, porque al 59, tras algunos amagos, volvió a confirmar la mejor salud táctica y de desempeño. Roberto Alvarado llegó para definir al área, pero su disparo se estrello en el poste derecho. Elías Hernández, quien acechaba el área pudo redirigirla con una precisión milimétrica y apareció Édgar Méndez para encajar el segundo de La Máquina y amarrar el marcador.
Con buen ánimo y buen toque de pelota, La Máquina empezó a replantear el juego, menos verticalidad y velocidad, y más freno, pausas que confunden al adversario, pisar la pelota y leer el juego, otear a los compañeros y ya podían imaginar jugadas sin tener que lanzarse por el área como kamikazes.
Hacía falta un colofón para un partido como éste. El portero del Querétaro, Tiago Volpi, en un acto de desesperación salió a reforzar el ataque. La pelota no avanzó y regresó a su arco, Milton Caraglio la mandó a las redes. Sin embargo, una mano polémica hizo que anularán el remate celeste.
Ahora, el partido de vuelta y decisivo se jugara el sábado primero de diciembre.