Jueves 29 de noviembre de 2018, p. 7
Montreal. El cuento de la criada, novela distópica sobre un Estados Unidos transformado en una teocracia tras un golpe de Estado, tendrá su segunda parte en 2019, The Testaments (Los testamentos), que transcurrirá 15 años después del final de la exitosa novela adaptada a la televisión, anunció ayer su autora, la canadiense Margaret Atwood.
‘‘Escribo una secuela de ‘The #HandmaidsTale’. ‘#TheTestaments’ transcurre 15 años después de la última escena de Offred (la protagonista) y está contada por tres personajes femeninos’’, escribió Atwood, de 79 años. El nuevo libro saldrá a la luz el 10 de septiembre de 2019. ‘‘Todo lo que me han preguntado sobre Gilead y su funcionamiento interno es inspiración para este libro. Bueno ¡casi todo!’’, añadió en un breve video publicado junto a su tuit. ‘‘La otra inspiración es el mundo en el que vivimos’’.
El cuento... es una novela distópica de 1985, cuyo impacto se multiplicó por 10 tras su adaptación a la televisión en forma de serie producida y emitida desde 2017 por la plataforma estadunidense Hulu.
La trama se desarrolla en un futuro muy cercano en el que en Estados Unidos se impone una dictadura religiosa, la ‘‘República de Gilead’’, en un momento en que, por razones ambientales poco claras, su población enfrenta serios problemas de fertilidad.
Las pocas mujeres que aún pueden procrear, como la heroína Offred, encarnada en la pantalla por Elisabeth Moss, se convirtieron en esclavas sexuales de los líderes de Gilead, que las violan en ritos mensuales para procrear.
Esta trama apocalíptica fue tomada por un sector de la sociedad estadunidense como una parábola de los derroteros conservadores del gobierno de Donald Trump, así como de las agresiones sexuales sufridas por las mujeres.
Y el traje rojo usado por las mujeres de la ‘‘República de Gilead’’ se impuso como un grito de guerra: omnipresente en Estados Unidos durante las protestas contra la confirmación en la Corte Suprema de Justicia de Brett Kavanaugh, acusado de intento de violación cuando era estudiante de secundaria, pero incluso antes, en protestas por los derechos de las mujeres y el derecho al aborto en Argentina, Irlanda, Bélgica o Polonia.