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Presentan libro de Antonio Turok

Ediciones Era publica La fiesta y la rebelión

Foto
▲ Antonio Turok, fotógrafo documental, y su hija Anais, en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.Foto Juan Carlos G. Partida
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 27 de noviembre de 2018, p. 6

Guadalajara, Jal., El fotógrafo documental Antonio Turok presentó, acompañado del escritor Alberto Ruy Sánchez y de Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, su obra La fiesta y la rebelión (Ediciones Era), que reúne parte de su amplia trayectoria.

‘‘Es un libro de un ser humano que tuvo mucha suerte; estoy vivo para empezar. Lo dediqué a mi hija Anais, primero porque me salvó la vida, estoy vivo gracias a que ella vino a este planeta y me puso a reflexionar sobre lo que tiene sentido y a lo mejor lo único que tiene un enorme significado en mi vida es darle vida a la vida”, dijo Turok.

Recordó que su vida profesional se inició cuando sus padres lo dejaron robarles una vieja cámara Leica que su papá compró en Hawai durante la Segunda Guerra Mundial, como una especie de compensación a la dislexia que el fotógrafo padecía y ‘‘ellos no estaban seguros si yo era un tarado”. Luego, a los 17 años, cuando Turok se mudó por 25 a vivir en Chiapas, comenzó lo que calificó de ‘‘la época más difícil de mi vida’’, cuando lo alcanzaron los conflictos centroamericanos y de la guerra.

‘‘Siempre pensé que iba a ser un fotógrafo light, de cositas simpáticas, pero cuando empecé a tomar fotos de la guerra mi papá me preguntaba qué era lo que él hizo mal; estaba aterrado. Siempre en la familia hay un saltapatrás, no todos van a aprender la lección de los padres, mi papá nunca dejó de ser marxista de la peor estirpe, la estalinista, y admiraba mucho a Fidel Castro, por ejemplo. Una de las últimas pláticas con él fue cuando le dije que había sido una bendición que no se fuera a Cuba’’.

Dijo que la fotografía en realidad no es un ejercicio intelectual, sino que ‘‘te entregas a observar lo que sucede alrededor, no hay que engañarse”, y que en su caso tuvo la suerte de que en sus años de juventud lo tomara de ayudante Manuel Álvarez Bravo. ‘‘Siempre nos dijo que aunque estuviera un cuerpo tirado, había que buscar la belleza, algo que me ha quedado: siempre buscar el lado amoroso de las cosas”.

Ruy Sánchez detalló que en el libro hay descripciones que acompañan a las fotografías de poetas como David Huerta y Coral Bracho. ‘‘La dimensión de acompañamiento de las fotos de Turok que hacen estos poetas es de una complicidad profunda, todo de la mano de Marta (Turok, hermana del fotógrafo), lo que da un gran valor antropológico añadido a su trabajo”, dijo.