No me sorprende José Saramago, sino el amor de sus lectores
La esposa del Nobel visita la FIL para presentar dos libros del autor portugués
Lunes 26 de noviembre de 2018, p. 7
Guadalajara, Jal., Hace 20 años el escritor portugués José Saramago recibió el Premio Nobel de Literatura. Hace ocho años falleció en su casa en la isla de Lanzarote. En la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara se recuerdan esas dos fechas con la publicación de dos libros: El cuaderno del año del Nobel y Un país levantado en alegría. Dos títulos diferentes, un mismo periodo: el de José Saramago y el premio que lo convirtió en uno de los autores más reconocidos del mundo. Un escritor cuyos temas se erigen como atemporales y le siguen hablando a viejas y nuevas generaciones.
Pilar del Río, su esposa, charla con La Jornada un día después de la conferencia El viaje de la conciencia: memoria política de Saramago y un día antes de la presentación de El cuaderno del año del Nobel, que será hoy a las 17 horas en el salón 3 de la FIL, con la presencia del Premio Cervantes Sergio Ramírez y la escritora portuguesa Lidia Jorge.
Saramago “es un escritor que nos sigue hablando de cosas que nos interesan. Es verdad que hace literatura, que no hace panfleto, pero es una literatura en la que nosotros perdemos la vista, pero también la recuperamos cuando nos damos cuenta de que somos lúcidos, y frente a todos los mensajes que nos mandan todos los días para que vayamos por la vida a tontas y a locas podemos ir con la cabeza levantada.
José dijo varias veces que no hubiera escrito estos diarios, si no hubiera vivido en Lanzarote
, añade Pilar, y es que El cuaderno del año del Nobel podría llamarse también Cuadernos de Lanzarote VI. En el fondo son cartas a los amigos, cartas que no podía escribir porque faltaba tiempo; entonces se describen situaciones, viajes, conferencias, situaciones muy concretas u otras más generales de lo que transcurre en su vida hasta el día 8 de octubre.
Un premio colectivo
En dos líneas cuenta que ha recibido el Nobel. La entrada de ese día dice así:
8 de octubre. Aeropuerto de Frankfurt. Premio Nobel. La azafata. Teresa Cruz. Entrevistas
.
A partir de ese momento “entró como en una fase por un lado en que lo llaman de todas partes y por otra parte de pudor. Pone los discursos de Estocolmo. Entonces hemos sentido que teníamos que publicar complementariamente otro libro que recomiendo absolutamente que se llama Un país levantado en alegría, es el país Portugal pero también es el país de la literatura. En este segundo libro aparece mucho México con primeras páginas, por ejemplo de La Jornada, y es la alegría que supuso para tantos lectores y de tantos países aquel premio Nobel que parecía que era un premio colectivo, no uno que había recibido una sola persona”.
Hoy “no me sorprenden cosas de José Saramago porque creo conocerlo. Quizá me sorprendió encontrarme este cuaderno ya organizado, pero luego me di cuenta de que no tendría que sorprenderme una vez que José Saramago lo había anunciado, pero parecía que con eso ya era suficiente y que no teníamos que profundizar más.
“No me sorprende José Saramago… sino los lectores de José Saramago, las iniciativas que se pueden tomar; me sorprende que para tantos lectores sea un consuelo; me sorprende que tantos lectores dejen de sentirse solos al encontrarse con la soledad del escritor.
Me sorprende la acogida tan entrañable que hay libro tras libro y el número grande de lectores que tiene. Eso sí me sorprende. Me sorprende que en medio de una sociedad tan cruel, tan brutal, puedan existir tantas muestras de amor.