A pesar de los altos índices de feminicidios en México, tanto las autoridades del país como buena parte de la sociedad aún se resisten a admitir el problema, en gran medida porque el machismo y la estructura patriarcal todavía están profundamente arraigados en todas las personas, señalaron las participantes en la Jornada Maremoto contra la Violencia hacia la Mujer.

Dicho programa cultural se realizó ayer en el Palacio de Minería, de la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde se llevó a cabo una lectura de poesía feminista, además de talleres infantiles para prevenir la violencia de género y una conferencia magistral con la participación de las académicas y activistas Paola Soto, Ana Elena Contreras, Bibiana Saavedra, Angélica López, Eurídice Cabañas y Teresa Guerra.

El encuentro lo cerró un performance realizado por el grupo artístico Suripanta’s Collective y la hiphopera Masta Quba.

Isabel Esteinou, organizadora del evento y directora de la revista digital Citric Magazine, consideró que aunque hay diversas iniciativas tanto gubernamentales como civiles para combatir la violencia contra las mujeres, las estadísticas de feminicidiosy otras agresiones siguen siendo terribles y crecientes.

Una muestra de ello es que 7 de cada 10 mujeres han sufrido violencia y 43.9 por ciento de ellas han sido agredidas por su esposo o novio. Del total de las agredidas 8 por ciento ha pensado en suicidarse y 3.4 por ciento lo ha intentado.

Es importante que todo el tiempo hablemos de los feminicidios, de la inseguridad que viven las mujeres en sus trabajos, en sus casas, en la calle, en casos donde además se les revictimiza, donde se les culpa de lo que les pasa y se les minimiza, lamentó Esteinou.

Los esfuerzos tanto institucionales como civiles para cambiar esta situación, dijo, todavía no tienen tanto impacto porque la violencia está muy arraigada.

Para Esteinou, uno de los aspectos más preocupantes es que si el gobierno se resiste a hablar de temas como los asesinatos de mujeres, el abuso sexual contra niños y la pornografía infantil, una parte considerable de la sociedad también se resiste a ello.