Organizaciones en pro de las garantías fundamentales, tanto religiosas como laicas, le entregaron este viernes el Premio El Sembrador 2018 a Miguel Concha Malo, fundador y director general del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, como un reconocimiento a sus aportaciones para defender y darle sustento a diversas luchas sociales y populares.

En una ceremonia en el Centro Universitario Cultural, el sacerdote dominico –articulista de esta casa editorial– agradeció las muestras de aprecio de amigos y colaboradores, y destacó la labor de defensa de las garantías básicas que emprendieron desde los años 70 varias organizaciones católicas.

Fue en ese contexto, recordó Concha, como en 1984 se fundó el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, cuya labor ha sido acompañada desde el principio por diversos colectivos religiosos, así como por académicos y luchadores sociales que se exiliaron en México provenientes de Centroamérica y del Cono Sur.

“Fueron ellos nuestros principales maestros en la labor de defender y promover las condiciones civiles fundamentales y quienes nos orientaron en la primera organización de nuestro centro en una época en la que ya el gobierno mexicano señalaba con fuerza las violaciones a las garantías individuales en el extranjero, pero de manera encubierta –y a veces no tanto– las realizaba contra estudiantes, profesores, líderes sociales, indígenas y campesinos”.

Previo a la intervención de Miguel Concha, los amigos y compañeros del sacerdote recordaron su trayectoria académica en la teología y la sociología, su formación y amistad con personajes como los obispos Sergio Méndez Arceo y Samuel Ruiz García, su labor como docente desde hace 40 años y su participación constante en diversos proyectos, en compañía de nuevas generaciones de activistas y luchadores sociales.

Raúl Vera, obispo de Saltillo, destacó la vocación de Concha por la búsqueda de la verdad, la justicia y la dignidad del ser humano por medio de la contemplación, el diálogo y la compasión en el seno de un país en donde campea el desorden, la impunidad y la violencia.

Por su parte, Agnieszka Raczynska, consultora en temas de derechos humanos y ex colaboradora del Centro Vitoria, y Manuel Canto, sociólogo e investigador universitario, destacaron el valor del homenajeado para alzar la voz en momentos complicados e incluso incómodos, pero también su capacidad de tener una sonrisa, una broma o un comentario amable, aun en circunstancias de apremio.