Alrededor de 250 migrantes salieron este viernes en la mañana de la Casa del Peregrino San Lorenzo, para reiniciar su viaje con destino a la frontera norte del país e intentar cruzar hacia territorio de Estados Unidos.

Luego de permanecer durante una semana en el albergue administrado por la Basílica de Guadalupe, los centroamericanos –la mayoría de origen salvadoreño– comenzaron a salir del lugar desde las seis de la mañana, cargando sus mochilas y colchonetas.

Una vez en grupo y acompañados por personal del gobierno y la Comisión de Derechos Humanos de Ciudad de México, los migrantes caminaron a la estación del Metro La Villa-Basílica, para de ahí trasladarse a la estación Cuatro Caminos. Desde ese punto, se dirigirán por sus propios medios hacia la ciudad de Tijuana, para intentar el cruce a territorio estadunidense.

Entre los viajeros hay una gran cantidad de mujeres y niños –muchos de ellos en carriola–, y una buena parte tosían con frecuencia, en medio del frío de la mañana.

De acuerdo con la policía que resguarda el albergue, dentro de este recinto permanecen todavía 395 migrantes, quienes prefirieron seguir ahí por unos días más mientras definen si se quedan en México, y solicitan el refugio, o tratan de ir a la frontera cuando la situación esté más suave.

Entre ellos está Jonás, joven salvadoreño de 24 años que aparenta todavía menos. Aunque no pasaba tantas apuraciones económicas en su país, prefirió salir porque allá se gana en colones (moneda de El Salvador) y se gasta en dólares, y en México el dinero alcanza un poco más.

Con un trabajo de mesero y el compromiso de casarse con Sofía, su novia mexicana de 18 años de edad, Jonás ya estuvo en Estados Unidos. Cuatro horas, para ser exactos. Luego fue aprehendido por la migra y deportado a su país.

Esa experiencia, dice, lo hizo darse cuenta de que intentar el cruce es muy peligroso y vale más la pena quedarse en México. A final de cuentas, ya tiene muchos motivos para permanecer aquí y ninguno para volver a arriesgar la vida.

Los migrantes que sí decidieron continuar hacia el norte cruzaron el estado de México. De ellos, 150 abordaron un tracto-camión y 100 recibieron apoyo de autoridades del municipio de Huehuetoca, que ofreció ayuda humanitaria y proporcionó tres camiones para que los viajeros pudieran llegar al siguiente punto de su recorrido, en la ciudad de Querétaro.

Pasadas las 16:30 horas del viernes, el grupo de 100 migrantes salvadoreños abordó los tres camiones amarillos de tipo escolar, luego de permanecer varados casi cinco horas a la altura de la caseta de peaje de la autopista México-Querétaro, en Tepotzotlán.