Buenos Aires. En un ambiente cada vez más tenso, Ronald de Celina, militante de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) fue asesinado en el contexto de una represión de la policía de la provincia de Buenos Aires, cuando participaba en una toma de tierras en Ciudad Evita, municipio de La Matanza, mientras en un hotel se encontró el cadáver del periodista Martín Licata, desaparecido el sábado pasado, después de haber recibido amenazas por una nota en la cual denunció que políticos, entre ellos, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, recibían dinero de George Soros.

Esta madrugada fusilaron en el suelo con bala de plomo a nuestro compañero Ronald de Celina, en un toma de terrenos, indicó la CTEP en un comunicado. La represión fue registrada en una filmación donde se ve a la víctima caída y a otros heridos por balas de goma y a sus compañeros que pedían auxilio y trataban de reanimarlo, mientras detrás continuaban los disparos policiales. Se informó que hay cuatro detenidos.

Mientras en los barrios luchamos contra las políticas de hambre de este gobierno, la policía de (Mauricio) Macri y Bullrich se dedica a asesinar a nuestros compañeros y compañeras. Pero la muerte de Ronald no va a quedar impune, añadió.

La solidaridad de sindicalistas y movimientos sociales no se hizo esperar.

Mientras, en esta capital la policía reprimió con palos y gas lacrimógeno a cientos de manifestantes, estudiantes y profesionales que intentaban impedir que el gobierno capitalino de Cambiemos cierre 29 Institutos del Profesorado en distintos puntos de la ciudad, algunos de los cuales son centenarios, para crear una Universidad cuyos objetivos nadie entiende.

Por otra parte, la muerte del periodista Marytín Licata, quien fue encontrado ahorcado en un cuarto de un hotel de paso, adonde supuestamente llegó con una mujer, quien está prófuga, dejó muchas dudas en el medio periodístico, ya que trabajaba en revistas políticas de izquierda como Sudestada, colaboraba en redes críticas y había recibido amenazas después de publicar una nota de investigación con una lista de políticos argentinos apoyados por George Soros y la Open Society, entre los cuales figuran el ex candidato presidencial Sergio Massa, del Frente Renovador, el senador del peronismo federal de derecha, Miguel Pichetto, la ministra de Seguridad Bullrich –también ligada a otras fundaciones extranjeras–, Victoria Donda y otros como el diputados de Cambiemos, Daniel Lipovetzky.

En estos momentos sus compañeros y otros periodistas exigen una investigación y no creen en la versión policial, además de que medios oficialistas como Clarín destacan que en su página de Internet Licata reconocía su admiración por Ernesto Che Guevara y le gustaba reconocerse como comunista.

A poco más de una semana de la instalación de la Cumbre del G-20, que transcurrirá en esta capital militarizada, entre el próximo 30 de noviembre y el primero de diciembre, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel negó que vaya a ser garante entre el gobierno de Mauricio Macri y los movimientos sociales, que preparan una gran movilización de rechazo a esta reunión, al responder a una comunicación de la ministra Bullrich, quien lo mencionaba como mediador advirtiendo que no puede ser garante de algo que es responsabilidad del Estado.

Bullrich había sostenido el miércoles esta mediación, para que las movilizaciones contra el G-20 no fueran violentas, pero Pérez Esquivel dijo que no habían hablado con él, y que él no habla en privado con el gobierno, sino que debían hablar con el colectivo de las organizaciones; además, estableció que se había enviado una carta a las autoridades pidiendo la correspondiente autorización para un colectivo de organizaciones que queremos manifestarnos contra el G-20, por las consecuencias socio-económicas y políticas que esto representa, pero nada más, y remarcó que los grupos con los cuales  nos manifestamos tienen muy claro que lo van a hacer pacíficamente.

En este entorno Guillermo Moretti, vicepresidente de la Unión Industrial Argentina, renovó sus críticas a las políticas económicas implementadas por el gobierno de Macri al insistir en que la única salida para la crisis desatada en la industria es con un cambio de modelo, porque el actual “no contiene a más de la mitad de los argentinos. Si la sociedad quiere suicidarse, seguirá con este gobierno, dijo con dureza.