Juan Pedro Laclette San Román, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (2004-2006), expresa que el sexenio de Enrique Peña Nieto fue decepcionante para los científicos porque, a pesar de los compromisos expresados al principio de su administración de incrementar la inversión en el sector, en los pasados tres años hubo recortes que han puesto en riesgo proyectos de investigación básica.

El 15 de noviembre, el Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aprobó nombrar investigador emérito a Laclette, considerado líder en el ámbito internacional en el estudio de las enfermedades parasitarias, principalmente de la cisticercosis y la amebiasis.

Laclette, académico del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, donde ha liderado proyectos multinacionales para caracterizar el genoma de diversos organismos parasitarios, considera que los gobernantes no han apostado por la inversión sostenida en ciencia porque no creen que el conocimiento pueda ser el motor del desarrollo, algo de lo que él está convencido.

Señales esperanzadoras

En entrevista, en su laboratorio en Ciudad Universitaria, el ex coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico de 2008 a 2012 afirma que de pronto hay señales en el ámbito político que nos dan esperanza de que se comienza a entender la importancia de la inversión en ciencia, tecnología e innovación, y me gustaría ver que ahora que estamos en una transición de gobierno se adopte con más fuerza el tema del conocimiento para el desarrollo.

Doctor en investigación Biomédica básica por la UNAM y maestro en ciencias en la especialidad de bioquímica, por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, opina que en la administración que cierra los primeros dos años fueron prometedores en lo que se refiere al financiamiento y el apoyo que hubo para el sector, pero para el cuarto año fue una deblacle y en los últimos años no hubo mejoría.

Una parte de la frustración que esto causa, considera, es que los científicos se dieron cuenta de que pese a lo expresado por los funcionarios, no había un compromiso real. El gobierno no creía de verdad en que la inversión en ciencia y educación es el motor del desarrollo, porque abandonaron la estrategia de apoyo al conocimiento. Ahora tenemos que restablecer el entusiasmo que se perdió.

Situación muy deteriorada

En su opinión, en los años recientes se ha descuidado terriblemente la investigación científica, en particular la básica. En el ámbito de la ciencia, la tecnología y la innovación, terminamos este sexenio en una situación muy deteriorada, yo diría que de mayor deterioro que en los dos sexenios anteriores.

El camino para México, expresa, debería ser el de cambiar su modelo de país, y pasar de ser una nación que atraiga inversión extranjera para maquilar y exportar manufacturas, a uno productor de innovaciones. Lo podemos lograr, como lo han conseguido Japón, China, Corea, Brasil. Los países que han ido por el camino de la sociedad del conocimiento han reflejado esto en mejores salarios que los manufactureros.

Para Laclette, se requiere un presidente que esté convencido de que el conocimiento puede crear empresas altamente innovadoras, con ideas y capitales mexicanos, que produzcan grandes ganancias.

El científico dice que haber sido nombrado investigador emérito es uno de los puntos culminantes de su carrera académica. Comenta que está involucrado en nuevas investigaciones sobre organismos parasitarios, con resultados que no han sido reportados por ningún otro grupo de científicos en el mundo.

El emeritazgo para él abre una nueva etapa en su carrera, en la que considera que es momento de retribuir lo que he aprendido y aportar algunas cosas que pueden ser de utilidad para mi institución y el país.

Plantea que hacer investigación científica es la mejor vocación de todas. Cuando empecé en el estudio de la biología no imaginaba que la investigación se iba a convertir en un camino emocionante, ni pensaba que iba a estar involucrado en el ámbito administrativo, que también ha sido altamente satisfactorio. Uno de los principios que ha guiado su labor es que el fin último de toda esta labor es el beneficio de la sociedad.