El uso de armas de fuego en el país para cometer homicidios dolosos se incrementó en octubre pasado a rangos sin precedente, según muestra la compilación del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación.

El promedio nacional en ese rubro fue de 69.6 por ciento en ese mes, pero en entidades como Guanajuato y Colima el factor rebasó 80 por ciento. Es decir, en dichas regiones ocho de cada 10 asesinatos fueron cometidos con armas de fuego.

En Guanajuato, el aumento en la incidencia delictiva está asociado al robo de combustible (huachicoleo), principalmente, mientras que en Colima desde hace un lustro la zona del Pacífico es motivo de pugna entre distintas bandas del crimen organizado.

Recientemente el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, advirtió acerca del fenómeno relacionado con el uso de armas y lo adjudicó al tráfico ilegal procedente de Estados Unidos. Hace tres años, el nivel de uso de armas para perpetrar asesinatos era de 56 por ciento, en promedio, y actualmente ronda 70 por ciento, de ahí que la proliferación de armamento en el país ha sido sustancial y constante.

Hay entidades (entre éstas Jalisco, estado de México, Michoacán, Zacatecas y la citada Colima) en las que se registró en octubre el nivel más alto del año en cuanto a homicidios intencionales.

A escala general, como se indicó ayer, en octubre fueron abiertas 2 mil 460 carpetas por homicidio doloso, hechos en los que fallecieron –en conjunto– 2 mil 817 personas (víctimas).

En el recuento enero-octubre el acumulado de víctimas de asesinatos intencionales es de 27 mil 792 a lo que debe sumarse 728 feminicidios, es decir, la suma de muertes de este tipo en los primeros 10 meses del año es de 28 mil 520, con lo que este será el año más cruento no sólo del sexenio que está por concluir, sino de todo el registro oficial disponible de 1997 a la fecha.