Roma. El gobierno italiano va a imponer un plazo entre el lanzamiento de una película en las salas de proyección y su distribución en las plataformas de video como Netflix, medida que pretende proteger la industria del cine local.

El tema había generado controversia en Italia en septiembre durante el Festival de Cine de Venecia, donde muchas de las películas presentadas eran producidas por el gigante estadunidense Netflix y van a ser estrenadas simultáneamente en las salas y por Internet o sólo en esta última.

Es el caso de Roma, la película autobiográfica del mexicano Alfonso Cuarón, premiada este año con el León de Oro, lo que permitió al poderoso Netflix alzarse con uno de los premios más prestigiosos del cine mundial.

Todos sabemos perfectamente que este tipo de películas, en español, en blanco y negro y lengua mixteca, que es un drama y no un filme de género, es muy difícil que encuentre los espacios donde pueda tener una exhibición amplia, explicó Cuarón en Venecia, al ser interrogado sobre las razones por las que aceptó a Netflix como coproductor de su filme más personal.

En Netflix se podrá ver siempre, explicó.

La película de Cuarón será estrenada próximamente en salas de todo el mundo y estará disponible a partir del 14 de diciembre en la plataforma Netflix.

En cambio, el Festival de Cannes, en Francia, al decidir este año seleccionar sólo cintas que se estrenan en las salas de proyección, excluyó filmes de importantes directores que terminaron en Venecia, como las de los hermanos Coen o Paul Greengrass.

Decreto anti Netflix

En Italia, los propietarios de las salas, que cobran en promedio ocho euros, denunciaron que filmes prestigiosos sólo se puedan ver por suscriptores a plataformas de Internet, suscitando un debate nacional.

Las asociaciones de dueños de salas de proyección pidieron al ministro de Cultura, Alberto Bonisoli (del Movimiento 5 Estrellas, antisistema), que tome medidas inmediatas para garantizar un plazo amplio entre el lanzamiento de las películas en las salas y su disponibilidad en las plataformas, como prevé la legislación francesa.

El ministro anunció el miércoles que prepara un decreto, bautizado por la prensa como anti Netflix, que prevé que una película italiana debe pasar por las salas antes de que termine en la plataforma.

El plazo que suele cumplirse de 105 días en las salas, ahora se puede reducir a 60 para películas poco comerciales, a las que han asistido menos de 50 mil espectadores en las primeras tres semanas de programación.

Con este decreto facilitamos que algunas películas sean vistas por un medio más fácil, explicó el funcionario .

También protegemos a los propietarios de salas que necesitan llenarlas con películas que les garanticen ganar dinero, subrayó.

La medida del gobierno fue bien recibida por la asociación de dueños de salas de cine que temen la competencia desleal de las plataformas en Internet, lo que podría crear un cortocircuito peligroso y dañino, según Carlo Fontana, presidente de la Asociación General Italiana del Espectáculo.

“Los gigantes del streaming como Netflix están obteniendo muchas ganancias en Italia sin crear trabajos; su política está lejos de ser transparente”, sostuvo en tanto Francesco Rutelli, ex alcalde de Roma y presidente de la Asociación Nacional de Industrias Cinematográficas y Audiovisuales.

Sin embargo, bloquear el camino a Netflix y otras plataformas destinadas a multiplicarse es de todo modos tan ilusorio como inútil, reconoció el representante italiano.