Mariana Barby Juárez no mete frenos cuando habla de su hipotética rival, Jackie Nava. Ambas, pioneras en el boxeo de mujeres en México, han merodeado la posibilidad de enfrentarse, incluso ofrecieron una conferencia para anunciar la pelea, pero nunca se concretó.

Barby habla sobre esa posibilidad con cierto cansancio, como si le desesperara la especulación alrededor y lo poco claras que han sido las negociaciones entre sus promotoras.

Cuando lo pensé fríamente, me di cuenta que se colgó de mi nombre para revivir su carrera, considera la Barby; ella venía de un retiro por su trabajo como diputada; como no ganó nada en la política, regresó al boxeo.

Mariana asegura que no quiso ver la pelea reciente de Nava contra la venezolana Carolina Álvarez, una peleadora que –sostiene Barby– es dos divisiones menos que la tijuanense.

Lo que me enteré es que casi la usó de costal, comenta Juárez; no tiene caso regresar para enfrentar rivales fáciles, sólo para agarrar ritmo.

Mariana, actual campeona mundial de peso gallo por el CMB, quiere subir de división para coronarse en una tercera categoría. Mientras tanto, no se desespera con la posibilidad de enfrentar a Nava, a quien su empresa le aseguró que pelearían en febrero de 2019.

Quiere cetro supergallo

Si se da, pues yo estoy lista, afirma Juárez; pero si no se concreta, me interesa más pelear con otras rivales más complicadas y que han estado activas, o subir de división: quiero el título absoluto supergallo.

Un poco más serena, Mariana aclara que no hay menosprecio por la trayectoria de Nava, e incluso reconoce aquel par de combates que sotuvo la tijuanense contra Ana María Torres, dos peleas hasta ahora consideradas el punto más alto del boxeo de mujeres.