En medio de la crisis económica que enfrenta debido a la reducción de su votación al 5 por ciento y el pago de multas, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) realizará este fin de semana su 15 Congreso Nacional Extraordinario en el que se aprobarán cambios al estatuto con el propósito de relanzar al instituto político tras la debacle electoral que sufrió el primero de julio pasado.

Durante el encuentro se pondrá a discusión un proyecto de reforma al estatuto que fue aprobado el viernes por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), el cual contempla la desaparición de la actual dirigencia y la integración de una provisional que contará con cinco miembros con facultades para nombrar a direcciones estatales.

También se cancelan las corrientes, pero se mantiene el nombre y el logotipo del partido, así como su tendencia ideológica de izquierda.

Por las posiciones que han manifestado diversos integrantes de esta fuerza política, se prevé una fuerte discusión entre los dos bloques que se han configurado; por una parte está el de expresiones mayoritarias que defenderán la propuesta, y por el otro el de una disidencia integrada por inconformes de todos los grupos, incluidos miembros de la cúpula que estarán obligados a dejar sus carteras si se aprueba el documento referido.

Estos últimos no están de acuerdo con la dirección provisional, porque argumentan que es una vía para evitar la elección, por parte de la militancia, de una nueva jefatura nacional. Dado que hay un resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para renovar la dirigencia, piden que este proceso se dé lo antes posible.

Asimismo, señalan que es un engaño la cancelación de las corrientes, pues aunque desapareció el capítulo referido a ese tema, en los hechos éstas continuarán. Entre quienes se han sumado a esta posición se encuentra Hortensia Aragón, Roberto Morales e Irán Moreno, miembros del comité.

Profundo debate

Luis Cházaro, coordinador de Nueva Izquierda, explicó que el estatuto que se propone es de transición entre el congreso del fin de semana y un segundo que se efectuará entre abril o mayo del próximo año. La idea es que se realice un profundo debate en los próximos cinco meses sobre el modelo de partido que se requiere para relanzar al PRD, y que dicha estructura se apruebe en la asamblea que se celebrará en la primera mitad de 2019.

Asumió que el partido del sol azteca está en una profunda crisis. Tuvimos la peor votación el primero de julio, en parte porque el candidato presidencial ganador salió de nuestras filas y jaló a muchos militantes, explicó, al destacar que la problemática obliga a realizar un cambio de fondo y no sólo cosmético.

La votación de esta fuerza política se redujo de 10 a 5 puntos en los comicios de julio. La baja cantidad de sufragios obtenidos hizo que perdiera el registro en diversos estados del norte del país y se prevé que sus prerrogativas también bajarán a la mitad. A eso se suma que debe pagar multas por más de 125 millones de pesos.

Cházaro dijo que la elección de la nueva dirigencia se realizará después del congreso nacional de abril o mayo. Hacerlo antes implicaría ir a una elección con un padrón de militantes que no corresponde a la realidad, pues muchos de quienes ahí aparecen han renunciado. El listado cuenta con 7.5 millones de afiliados, pero de ellos sólo tres millones sufragó por el PRD.

También defendió la creación de una dirigencia provisional, pues el 9 de diciembre concluye el plazo de tres años para lo que fue electa la actual jefatura partidista.

El coordinador de la corriente Nueva Izquierda agregó que los inconformes están en su derecho de impugnar los resultados del congreso del fin de semana. Sin embargo, rechazó que se pueda utilizar el argumento de que dicho acto no fue convocado para renovar a la jefatura, porque ese tema sí está en la convocatoria.