Artistas, escritores y arquitectos exigen a las autoridades del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) el retiro de una estructura y dos pantallas electrónicas colocadas por la administración saliente en su edificio sede, obra de los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky.

‘‘La administración saliente del Infonavit acabó con un referente de la arquitectura mexicana que se había mantenido intacto durante 45 años”, señala una carta enviada a esta redacción, firmada por Manuel Felguérez, Vicente Rojo, Juan Villoro, Concepción Company, Pedro Friedeberg, Jan Hendrix, Mario Lavista, Vicente Quirarte, Gina y Moisés Zabludovsky Kuper y los arquitectos Axel Arañó, José Arce, Jorge Coello, José Luis Cortés, Felipe Leal, Antonio Rodríguez y Jorge Tamés, entre otros.

La misiva refiere que la sede del Infonavit ‘‘sentó el precedente de colaboraciones posteriores: El Colegio de México (1976), el Museo Tamayo (1981), la remodelación del Auditorio Nacional (1992).

‘‘Una estructura y pantallas electrónicas, sobre uno de los dos cuerpos que identifican el edificio, atentan contra el proyecto arquitectónico original. Exigimos su remoción.”

Función del volumen

Moisés Zabludovsky, hijo del arquitecto Abraham Zabludovsky, dijo vía telefónica que se colocó una estructura en el último nivel del estacionamiento y dos pantallas.

‘‘Una cosa son las necesidades de difusión de una institución y otra es no tener el menor entendimiento de lo que significa un volumen que justamente por el hecho de no tener ventanas tiene fuerza. Ignoran la función del volumen que construye la plaza y que tiene un uso peatonal.

‘‘La estructura que colocaron pusieron sobre el cuerpo del estacionamiento rompe totalmente la escala de la plaza y las dos pantallas también son agresivas al peatón, porque sí entiendo que las pantallas electrónicas cumplen una función, pero también tienen que estar diseñado dónde las van a colocar, no es llegar y ponerlas.”

Recordó que ese inmueble, ubicado en Barranca del Muerto y construido entre 1974 y 1975, ‘‘fue el primer edificio en el que mi papá y González de León usaron el grano de mármol y concreto con éxito absoluto. No se necesita saber de arquitectura para que quien pasara por ahí se impresionara de lo bien conservado después de 45 años. Estaba intacto como si se hubiera inaugurado ayer.