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La Cuenca de la Antigua: rafting para proteger a las comunidades y sus ríos
Ananta Mazadiego Cruz La Cuenca de la Antigua es una región con una diversidad biológica basta y rica, las personas que la habitamos interactuamos con la naturaleza mediante prácticas culturales que han sido poco modificadas a lo largo del tiempo. Gracias a esos saberes ancestrales, la cuenca tiene una gran diversidad de fauna, de la que destacan: venados, mapaches, osos hormigueros, tucanes, ocelotes, armadillos, nutrias de río, por mencionar algunos. Esas prácticas de origen mesoamericano también han posibilitado que haya una amplia variedad de frutos y alimentos regionales, que incluyen el café, el plátano, la naranja y la pomarrosa, entre varios más. La Cuenca de la Antigua cuenta con platillos típicos como el mole, el caldo de xonequi (un caldo de masa, quelite de xonequi y frijol) el tempispis (tamal de frijol con polvo de hoja de aguacate) o la salsa de chikatana (una hormiga café que sale en temporada de lluvias); además, se producen varios tipos de miel, vinos y licores de frutas exóticas como el maracuyá, el higo o la mora silvestre. Tenemos una innumerable variedad de ingredientes que dotan de sabores únicos a la comida regional, existen plantas medicinales utilizadas de manera cotidiana, además de varias especies de maíces criollos. Estas prácticas muestran la interacción y el grado de complementación que los habitantes de la cuenca tenemos con nuestro territorio, el cual nos ha dotado de una identidad a los pueblos. Estas culturas constituyen parte del patrimonio biocultural que se vería afectado, en caso de instalarse en la Cuenca los megaproyectos extractivos que amenazan el territorio. En el año de 2010, la población de Jalcomulco se percata que existen varios proyectos para represar los ríos e inician una movilización social con los pueblos que se verían afectados, así se conforma el colectivo de Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por Ríos Libres (PUCARL), un colectivo con enfoque de cuenca que hoy sigue en defensa de su territorio. Su resistencia y su organización ha logrado detener el avance de la empresa brasileña Odebrecht y de los gobiernos federal y estatal. ¿Cómo éste colectivo ha logrado defender su territorio? El contexto no ha sido fácil y las estrategias han sido variadas, dinámicas y creativas. Por un lado, se han aplicado estrategias de comunicación, se ha unificado a la Cuenca, hay una estrategia legal, se trata de incidir en el ámbito educación, se impulsan proyectos locales, tenemos una reapropiación de nuestro territorio. Para explicar algunas estrategias, haré una analogía con el rafting. El rafting consiste en descender el cauce de un río en una balsa tripulada por un guía y por remadores. El guía tiene los conocimientos necesarios para navegar, da orientación y dirección a la balsa, utiliza sus destrezas de “lectura de corrientes” de manera continua; además, se cerciora de la correcta ejecución de sus instrucciones por parte de los remadores, quienes junto con la corriente del río trabajan para ser el impulso, el “motor” que mueve a la balsa, es decir, tanto el río, como el guía y los remadores, realizan un trabajo cooperativo y organizado. Para que el descenso sea exitoso y seguro son necesarios la escucha atenta y el trabajo coordinado de la tripulación de la balsa; de no ser así, es muy probable que el descenso se vea entorpecido por incidentes como atorarse en una piedra, ser llevados por la corriente a sitios no deseados o tener una volcadura, principios retomados por PUCARL. Para que la experiencia en el rafting sea agradable hay que realizar un trabajo colaborativo, tomar decisiones rápidas y acertadas, permanecer alertas, aprovechar el movimiento natural de las corrientes y fluir con el río. Estos elementos, han sido retomados dentro del PUCARL, no sabemos si esto fue consciente o fortuito, sólo sabemos que PUCARL prioriza la unión, la atenta escucha y el trabajo coordinado, se maneja con portavoces y no con líderes, lo que crea una organización horizontal. En la trayectoria de PUCARL ha habido momentos álgidos en los que sus integrantes han tenido que mostrar su remada más agresiva; como dice un integrante de PUCARL: “nos obligaron a mostrar músculo, a mostrar fuerza”, pues en enero del 2014, PUCARL se enfrentó cara a cara a empresarios de Odebrecht y funcionarios del gobierno de Veracruz, con quienes tuvieron infructíferas mesas de diálogo pues los pueblos de la cuenca no se sintieron respetados ni tomados en cuenta. Las mesas de diálogo buscaban convencer a los habitantes de la Cuenca de la Antigua de las “bonanzas” de tener varias hidroeléctricas, trasvases y presas distribuidas a lo largo de la Cuenca, lo que implicaba que todos los ríos serían represados. Las promesas de los promotores fueron las de siempre: “trabajo, desarrollo, infraestructura y más turismo”. Si bien los pueblos de la Cuenca de la Antigua requieren mejoras en su infraestructura, mayor derrama económica, más turismo, más y mejores empleos, no están de acuerdo en perder sus ríos: “El río, no es negociable”, dicen, pues de ser construidas estas presas, varios pueblos carecerían de acceso al agua, se perderían frágiles ecosistemas, tradiciones como la pesca, la caza, la recolección de frutos y plantas, en Barranca Grande y Jalcomulco no se podría navegar sus ríos de aguas frescas y oxigenadas, no habría rápidos que desafiar, ni río que disfrutar, por lo que PUCARL decidó proteger su río, su territorio y su vida.
Hasta ahora se ha detenido el Proyecto de Propósitos Múltiples Xalapa S.A. de C.V que se ubicaría en el predio El Tamarindo, en la carretera que va de Coatepec a Jalcomulco, y tendría 700 m. de ancho por 110 m. de alto, creando un embalse que inundaría más de 400 has., desplazando pueblos y poniendo en riesgo de inundación a otros. Además, las presas crean afectaciones ambientales pues detienen grandes cantidades de agua que al estar estancada se pudre creando hongos y bacterias nocivas a la flora y fauna, detiene el flujo de especies marinas que desovan en los ríos, la temperatura del agua aumenta, se modifica su acidez. Los nutrientes que arrastra un río son cruciales para las zonas costeras, de manera que las presas también afectan a los mares. Las presas son obsoletas, son un medio de despojo del agua y del territorio de pueblos originarios y campesinos. Ante esta amenaza, PUCARL decidió instalar el “Campamento Centinelas del Río” que desde hace más de 3 años vigila la entrada al predio donde se pretendía edificar la gran cortina de concreto. El campamento es sitio de reunión de campesinos, pescadores, operadores turísticos, guías de río, profesionistas y todo tipo de personas que se solidarizan con la causa. En este espacio las horas transcurren entre risas, charlas amenas, chistes locales, historias cargadas de misticismo, de historia oral. Se realizan juegos de mesa, se platica del río, se dan reflexiones, cocina, se vive la vida comunitaria. La resistencia de PUCARL es respuesta a una historia de despojo. En el caso de Jalcomulco, desde la época colonial se tenían disputas por el territorio mediante políticas restrictivas e impositivas para los pobladores originarios. Así lo señala un documento colonial fechado en el año de 1575, donde se lee: “El Virrey Don Martin Enríquez: para que a los indios de Jalcomulco no se les impidan sus pesquerías ni les hagan pescar contra su voluntad. Ciudad de México” (AGN/Exp. 304/Fojas:59-59v). En Jalcomulco se continúa con la pesca tradicional, en la que se emplean nasas, trampas de forma circular fabricadas por los propios pescadores, empleando un bejuco flexible y resistente. Estas prácticas muestran saberes que históricamente las comunidades han generado y transmitidopara el uso adecuado (hoy decimos sustentable) de los recursos naturales. Como parte de estos saberes, se reconoce la presencia de entidades sobrenaturales que protegen los ríos y el territorio. Así pues, la vegetación de la Cuenca de la Antigua está protegida por Juan del Monte, a quien se le da ofrendas para que podamos obtener los recursos necesarios para nuestra alimentación o nuestra cura mediante alguna planta. Las fincas cafetaleras están habitadas por duendes o chanekes, seres que juegan con niños, apedrean a los adultos y te pierden para que no regreses y te “conviertas” en uno de ellos. En Jalcomulco, el río Huitzilapan es cuidado por Coatachica, un niño con cola de pez, a quien le dan ofrendas y le pide permiso para pescar. Por las noches, de los cerros salen bolas de fuego, las xiwime. Estas historias, narran la herencia oral de aquellos que en el virreinato se organizaron para seguir pescando, los descendientes de quienes en la Lucha Agraria recuperaron tierras; hoy sus hijos y nietos siguen en de lucha pues la historia de despojo continúa. El pasado 6 de junio se publicaron diez decretos que suprimen Zonas de Veda para establecer Zonas de Reservas de agua en todo el país, la Veda era el recurso legal que desde 1935 (y ratificada en 1948) protegía a la Cuenca de la Antigua de proyectos extractivos. Este cambio está basado en un dictamen técnico que no refleja ni toma en cuenta las condiciones de la población ni las afectaciones a los ecosistemas. En dichos decretos, se estipula que el agua estaría concesionada por al menos 50 años y que las empresas podrían renovar sus concesiones cuantas veces lo requieran. Esta medida pone a la venta el agua, beneficia a empresas transnacionales, a empresas con proyectos extractivos de presas hidroeléctricas, trasvases, fracking y minería. Los integrantes de PUCARL mencionan que su vida ha sido marcada por el año 2010, fecha en que advierten los proyectos, la amenaza constante a sus estilos de vida, que ha hecho que las personas estén alertas, unidas e informadas, ha habido una transformación una revitalización de saberes bioculturales, la defensa ha implicado distintos procesos para recuperar espacios, revitalizar comunidades, aplicar el pensamiento crítico, reflexionar desde y para la comunidad para construir propuestas que sí nos beneficien. Muestra de ello es la revitalización de mercados locales libres de agrotóxicos, el cuidado y monitoreo del agua, el cuidado de manantiales, ofrendas masivas al río, talleres con conocimientos tradicionales, creación y reproducción de materiales educativos. Como vemos, el panorama actual no es nada favorecedor para PUCARL y Jalcomulco, quienes se encuentran en un peligroso rápido de “aguas turbulentas” que pareciera no tener fin, este rápido ha requerido de unificar a la tripulación, los pueblos. Se ha aplicado el adiestramiento y las tomas de decisiones de una manera cauta y la vez arriesgada, que han sido los saberes ancestrales. Se han protegido vidas de plantas y animales, de espacios sagrados habitados por entes míticos en nombre de seres animados e inanimados. Ante este panorama desolador, me pregunto: ¿Qué nos diría el río?
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