Jueves 15 de noviembre de 2018, p. 6
Una de las facetas quizás más desconocidas de Fernando del Paso es la de pintor y dibujante. Se ha escrito que desde niño se sintió atraído por las tiras cómicas de los diarios y deseó de expresarse mediante el dibujo.
Desde los 11 o 12 años ejerció su otra vocación: el dibujo, que no la pintura, porque ‘‘una cosa es ser dibujante y otra pintor, y yo soy lo primero, como José Luis Cuevas que, a mi parecer, es excelente dibujante, pero no pintor”, sostuvo don Fernando en una entrevista con La Jornada, en mayo de 2011.
En broma, el autor solía decir que ser dibujante era una venganza de su mano izquierda contra la derecha, pues él era zurdo natural pero en la escuela lo obligaron a comer y escribir con la diestra, y así fue como lo hizo durante toda su vida: con la mano derecha escribía y comía mientras que con la izquierda dibujaba.
‘‘Quiero dejar muy claro que para mí la pintura, el dibujo, no es un pasatiempo; es algo que me tomo muy a pecho. Pero escribir es más mi oficio: a veces he dejado de dibujar o pintar para escribir, pero nunca he dejado de escribir para dibujar”, precisó en esa charla.
Siempre estuvo cercano a las artes visuales. En los años 70 del siglo pasado se instaló en Londres, donde se desempeñó como productor de programas de radio,escritor y locutor de la BBC. Fue allí donde el novelista bautizó a Felipe Ehrenberg, cercano al grupo Fluxus, como neólogo. Según el artista cuando Del Paso le preguntó: ‘‘¿tú qué haces?”, le respondió: ‘‘pinto, pero ya menos”, entonces ‘‘ya no está haciendo pintura”, acotó el autor. Ehrenberg le respondió: ‘‘estoy haciendo arte”. ‘‘¿Pintas?” ‘‘No”. Entonces, ‘‘eres un neólogo”, dijo el novelista.
Tan en serio tomó el arte que el 29 de julio de 1981 inauguró Visiones de un escritor: los dibujos de Fernando del Paso, exposición de 63 trabajos en el Museo Carrillo Gil. De acuerdo con la ficha técnica de la muestra algunos dibujos eran ‘‘policromáticos y muy elaborados, con simpatías hacia el trabajo de Ehrenberg y Friedeberg, visiones fantásticas, juguetonas y con reminiscencias pop”.
Con motivo de 2000 caras de cara al 2000, exhibición inaugurada el 16 de marzo de ese año, Del Paso decidió festejar la fecha con los dibujos de igual número de rostros: ‘‘Caras, todas inventadas, en las que he intentado recrear los innumerables matices de la alegría, la desolación, la esperanza, la rabia, la locura, la tristeza, la timidez, el terror, la hipocresía”. Luego la muestra viajó a la ciudad de Guanajuato para participar el 4 de octubre en el Festival Internacional Cervantino.
La obra plástica de Fernando del Paso también se ha exhibido en varias capitales, como París, Madrid y Londres. Además, en Colima existe desde 2011 un recinto museístico con su nombre que cuenta con una amplia y variada colección de su trabajo.