Fernando del Paso es el gran escritor mexicano y latinoamericano del siglo XX; su obra es exuberante, erudita, pasaba de las letras a la pintura, y en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara se volvió una figura imprescindible, un alma constante. Fue un hombre lúdico que supo vivir y gozar.

Con esas palabras escritores, editores, pintores y dramaturgos recordaron al fallecido autor de Noticias del Imperio, quien con su obra hizo una lectura de la historia mexicana.

Marisol Schulz, directora de la FIL de Guadalajara, compartió que “Del Paso participó infinidad de veces en esta feria; se volvió una figura imprescindible. Un alma constante y casi como su apellido, sus pasos en este encuentro se volvieron legendarios.

Don Fernando dejó un legado único en nuestra narrativa con libros que van a seguir hablando por muchos años, y tengo la seguridad de que las siguientes generaciones seguirán hablando de ellas. El mejor homenaje es leerlo y releerlo.

Para el editor Joaquín Diez-Canedo, director general de Publicaciones y Fomento Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México, Del Paso es un escritor realmente grandísimo, aunque su poesía no ha sido muy reconocida porque quizá no es muy sofisticada en términos de pretensiones e innovación con el lenguaje; sin embargo, es una poesía que muestra una comprensión del sonido y del sentido de las palabras.

El ensayista y narrador Vicente Quirarte aseveró que “pocos de nuestros escritores, como Fernando del Paso, aman tanto las palabras, y pocos como él han sido tan bien correspondidos. En alguna ocasión declaró que escribir es como dibujar, porque cada letra exige de quien la utiliza que lo haga con la artesanía, el fervor y la pasión que exige la verdadera literatura. Lo demás en silencio. La permanencia de su estilo se explica por esa minuciosidad con la cual nuestro escritor penetra en la realidad, la recorre y la explora hasta agotarla.

“De la A a la Z por un poeta es el título de uno de sus libros en que cada protagonista cuenta su historia. En ninguno de sus libros ha dejado de jugar, pero entre sus múltiples lecciones nos ha enseñado que la escritura es el más serio y peligroso de los juegos”.

En opinión del narrador Eduardo Antonio Parra, Fernando era uno de los grandes trabajadores del lenguaje, de los orfebres del lenguaje en este país. Su proyecto literario se basaba en una renovación de la lengua española, independientemente de los relatos, que eran bastante potentes e interesantes.

La pintora Cristina Ruvalcaba expresó: “Fernando será siempre el amigo sincero, cómplice incondicional, con su apoyo, a todas las alegrías. Interesado en todo, tanto en lo que le rodeaba como en sus múltiples y diversas aptitudes. No descuidó su oficio nunca, no dejó de incurrir en otras disciplinas; pasaba de las letras a la música, a la pintura. Todo le entusiasmaba, quería a todos.

Tenía una increíble facilidad para dibujar y pintar. Admiraba sus laboriosos dibujos y cuadros que sólo él era capaz de crear con aparente facilidad y rapidez. Le conocí muchos cuadros que expuso en varias ocasiones. No dejó de ilustrar tampoco el libro de cocina que hizo conjuntamente con Socorro, su esposa, a quien adoró siempre. Era lúdico, supo vivir y gozar. Admiraré siempre su incansable interés e inteligencia.

Iván Restrepo expresó: “Don Arnoldo Orfila supo de la valía de Fernando del Paso cuando le llevó el original de José Trigo, para ver si la publicaba en la naciente editorial Siglo XX. Fue su primera novela y no ha sido bien apreciada, pese a su aportación al lenguaje, mas fue el camino que lo llevó a dos de indiscutible valor: Palinuro de México y Noticias del Imperio”.

Para el escritor Alberto Chimal, Del Paso fue nuestro mejor novelista, siempre utilizando el proceso de acumular enormes referencias, personajes, ideas, temas que después los filtró poco a poco mediante la narración. Da la impresión de que en su obra eso ocurre, fue un gran acumulador de ideas.

(Con información de Merry MacMasters, Fabiola Palapa, Daniel López, Israel Mondragón y Reyes Martínez)