lgunos miembros de los sindicatos de la iniciativa privada confiesan no saber si Ricardo Monreal amarró acuerdos de cualquier tipo con alguno de los jefes de la cúpula patronal, pero sí están seguros de que el senador se ha convertido en nuestro héroe.

Y lo explican: después de la lucha que protagonizaron en favor del aeropuerto en Texcoco y haber sido derrotados, guardaron un silencio poco usual en ellos. Era peligroso enfrentarse a una decisión popular arrancada de la encuesta, después del triunfo de López Obrador en la elección presidencial, aseguran, y advierten que no tuvieron respuesta, que se quedaron mudos, sin oportunidad de demostrar hasta dónde llega su poder.

También advierten que la iniciativa de Monreal tomó desprevenidos a muchos de ellos, no a todos, y que por eso después de la amenaza –la iniciativa aún no es ley– se observó con claridad la oportunidad de mandar un mensaje de fuerza y conseguir una derrota en contra de López Obrador antes de la toma de posesión, para que no llegue limpio.

Se niegan a hablar de concertación o de acuerdos entre ellos –sus cúpulas– y Ricardo Monreal, pero sí agradecen que el senador les haya abierto la posibilidad de demostrar que son capaces de hacer daño a la economía, tanto como obligar a que los mercados marquen, por ejemplo, una devaluación del peso alarmante antes del primero de diciembre, cuando López Obrador se convierta en presidente legítimo de México, si los caminos que tome el gobierno no son los que ellos han trazado.

También confiesan que si bien la iniciativa fue sorpresiva, ya había planes de contingencia en caso de que algo así sucediera. Recuerdan que en varias ocasiones se lanzaron proyectos de ley que anunciaban medidas parecidas a las que lanzó Monreal, e incluso hacen memoria de las palabras que dedicó López Obrador en sus campañas contra la banca.

Aún más: hay un reconocimiento claro de que hay cierta justicia en los planteamientos de la iniciativa, pero ya no hay nervios, los ajustes se van a dar, pero no en el corto tiempo. Monreal canceló esa posibilidad al lanzar la iniciativa en la forma en que lo hizo.

Pero además, como dijimos en la entrega anterior, en el Senado y en la Cámara de Diputados se abrirá un foro no para discutir lo que no tiene discusión: el abuso de los bancos, sino para permitir que desde esos foros, y con máxima difusión, los señores del dinero expliquen cómo fabrican sus capitales. Por cierto, esos a los que Montreal invitó al Senado, ¿serán los mismos a los que califica de usureros y ladrones?

Total, el asunto es que mientras Monreal se convierte en la opción de la derecha frente a López Obrador, en su chucho, la bondadosa iniciativa privada consigue lo que parecía imposible: infligirle una derrota a López Obrador. Ni hablar, ¡qué viva el zacatecano!

De pasadita

Como ya habíamos advertido el domingo pasado, las dudas sobre la labor limpia del diputado José Luis Rodríguez se multiplican; ya no es sólo el intento de comprar la voluntad de una diputada, sino también la estela de dudas que sobre su actuación se tienen mientras trabajó en la delegación Magdalena Contreras al lado de Leticia Quezada, lo que parece hacer imposible que pudiera sostenerse a la cabeza del Congreso.

Ernestina Godoy, como les platicamos en la entrega pasada, no se irá mañana, como se había anunciado, sino la semana que entra, con el fin de desfacer el entuerto que le formó su falta de fuerza para enderezar lo que hoy está torcido en el Congreso local. Por cierto, si Ernestina no pudo con los diputados, ¿podrá con los ministerios públicos, con los policías de la procu y con esa fauna nociva que pulula en la dependencia? Cuidado, señora jefa de Gobierno, con las cosas de seguridad no se juega ni se reciben recomendaciones interesadas.

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