Londres. La jefa del gobierno británico, Theresa May, logró este miércoles que su dividido consejo de ministros aprobara el controvertido acuerdo para el Brexit alcanzado con Bruselas, que costó dos años de negociaciones y recibió duras críticas en el Parlamento. La decisión colectiva del gabinete es que el gobierno debe apoyar el proyecto de acuerdo. Esta es una etapa decisiva que nos permite seguir adelante, dijo May.

Tras convencer a un gabinete muy dividido respecto del Brexit, por el que ministros euroescépticos y proeuropeos dimitieron en pasados meses, May enfrenta aún la casi imposible tarea de obtener el respaldo del Parlamento.

La primera ministra tiene una mayoría que depende del apoyo de los 10 diputados del pequeño partido norirlandés DUP, contrarios a que la provincia británica de Irlanda del Norte tenga un trato diferente al resto de Reino Unido; y se enfrenta a decenas de diputados conservadores partidarios de un Brexit duro.

El proyecto, de 585 páginas, debe ser aprobado, además, por los líderes de los otros 27 países de la Unión Europea (UE).

Michel Barnier, negociador del bloque, subrayó que Reino Unido y la Unión Europea alcanzaron progresos decisivos en su acuerdo de separación.

Agregó que el proyecto de divorcio evitará la reinstalación de una frontera dura entre Irlanda, país de la Unión Europea, y la provincia británica de Irlanda del Norte.

Cómo garantizar una fluida circulación a ambos lados de la frontera irlandesa, preservando a su vez el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998, se convirtió en el principal escollo de esta negociación, iniciada en junio de 2016, y que desembocará en la separación en marzo.

En tanto, unos cien manifestantes convocados por grupos pro Brexit se manifestaron para rechazar lo que consideran una traición al espíritu de la salida de la Unión Europea.

Los británicos decidieron en un referendo salir de la UE. El gobierno británico ha descartado una segunda consulta, pese a una fuerte presión de los partidarios de seguir en el bloque.