El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, recomendó a los senadores que deberán ratificar el Tratado Comercial con Estados Unidos y Canada (T-MEC) no dejarse presionar y mantenerse firmes, en la línea de no modificar el paquete negociado, para evitar que se abra una caja de pandora.

No hay otra cosa que respete más la administración Trump que la firmeza, recalcó el funcionario durante una reunión con integrantes de las comisiones de Relaciones Exteriores y de Economía.

El funcionario sostuvo que México está en una situación de fortaleza comercial, ya que finalmente se pudo negociar ese acuerdo, aunque nadie creía que la administración Trump, en un principio tan renuente, pudiera comprometerse de esa manera.

Explicó a los legisladores de todas las fuerzas políticas que hay evidencia histórica de que una vez que se tenga el documento final, habrá presiones en las tres naciones firmantes para cambiar algunas cosas.

Va a haber muchas presiones para que ustedes traten de modificar lo acordado, bajo el pretexto de que se requieren los votos para sacarlo adelante. Mi recomendación es que ustedes mantengan la línea sobre lo acordado.

Guajardo resaltó que de no firmar el acuerdo, México estaría más expuesto a las presiones para modificarlo y se volvería una caja de pandora: todo mundo estaría metiendo y sacando cosas y quedaría deshilvanado lo que se negoció en paquete. “De que va a haber presiones, las va a haber, pero hay que endurecer la pierna en el proceso.

En entrevista posterior, explicó que si abrimos el debate, volvemos a abrir la negociación.

Respecto de la posibilidad de responder a Estados Unidos con las mismas medias arancelarias al acero y aluminio que el vecino del norte aplicó, dijo que sería darnos un balazo en el pie, ya que afectaría a la industria automotriz y a la de enseres domésticos.

Sin embargo, integrantes de la Cámara Nacional del Hierro y el Acero (Canacero) pidieron en el Senado, en una reunión por separado, que México imponga medidas arancelarias a las importaciones siderúrgicas de Estados Unidos, en respuesta al arancel de 25 por ciento al acero y 10 por ciento al aluminio mexicano, ya que hay riesgo de que se despida a de más de 2 mil trabajadores del sector.