Lunes 12 de noviembre de 2018, p. 7
El ex presidente Felipe Calderón Hinojosa renunció ayer al PAN, después de 38 años de militancia, con el argumento de que esta fuerza política está bajo control de una camarilla que ha abandonado los principios del instituto, ha cancelado la vida democrática interna y toma decisiones en función de sus intereses.
En una carta que envió al dirigente del blanquiazul, Marcelo Torres, consideró imposible revertir esa situación con mecanismos democráticos: La elección interna sólo corrobora ese control envilecedor, siendo la próxima dirigencia una fiel expresión de la corrupción, mediocridad y la manipulación que la ciudadanía ha castigado severamente en las urnas
, indicó en su texto justo el día de los comicios para renovar la dirección panista.
Calderón ratificó su intención de crear un nuevo partido al estimar que permanecer en el PAN es una pérdida de tiempo, recursos y capacidad de organización que deben dedicarse a impulsar otra opción.
Tras conocer la dimisión de quien fuera jefe de esta fuerza política, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN lamentó la renuncia de Calderón Hinojosa, aunque manifestó respeto por la decisión. Nos sorprende, sin embargo, que alguien con su capacidad no esboce la más mínima autocrítica por los errores que señala, muchos de los cuales comenzaron a incubarse y a potenciarse precisamente cuando él, como presidente de la República, tenía el control total del partido
, añadió en un comunicado.
Mientras Calderón se va, resaltó que miles de personas libres han solicitado su ingreso al PAN desde que hace seis semanas se reactivara el proceso de afiliación.
En su misiva de dos cuartillas entregada en la sede panista la tarde de ayer, luego de emitir su voto por la mañana en favor de Manuel Gómez Morín Martínez del Río, candidato que perdió, el ex jefe del Ejecutivo federal calificó como un consorcio
a los que controlan a ese partido.
Los señaló de imponer candidaturas, inflar el padrón de militantes a su conveniencia y condicionar apoyo político a legisladores, alcaldes y gobernadores electos, a quienes se les amenaza con el aislamiento y el abandono si no se ponen a su servicio.
El político michoacano ingreso al PAN en 1980, cuando apenas contaba con 18 años. Ahí se desempeñó en diversos cargos hasta convertirse en dirigente nacional y candidato a la Presidencia de la República.
Conocido como doctrinario
y acompañado por un grupo compacto denominado los calderonistas, impuso dirigentes en Acción Nacional desde Los Pinos y controló la vida interna de ese partido. Sus choques con los panistas se iniciaron en 2012, cuando trató sin éxito de relevar a Gustavo Madero de la dirigencia por los malos resultados electorales.
Sin embargo, la etapa de mayor enfrentamiento se registró a partir de que su esposa, Margarita Zavala, fue hecha a un lado en la lucha por la candidatura presidencial panista este año.