Cruz Azul, campeón de la Copa Mx, se encarrera
a Máquina está embalada y hace soñar a sus seguidores con el doblete. Luego de la conquista a media semana de la Copa Mx ante un decepcionante Monterrey, los celestes van en freeway, desbordando ilusión y haciendo bailar a Billy Álvarez, presidente del equipo, quien está ante la feliz perspectiva de acabar con casi 21 años de ayuno. La afición, igualmente, celebra con desmesura y rinde pleitesía a la dupla que ubica como artífice de la hazaña: Ricardo Peláez-Pedro Caixinha.
Cruz Azul, uno de los equipos que más invirtió hacia el torneo que se caracteriza por la depresión económica y el freno al descenso, vivió una semana gloriosa que culmina con la victoria sobre Pumas y la recuperación del liderato. El plantel cementero se ha mentalizado para tomar la Copa Mx como mero aperitivo; no obstante, el impulso motivacional que les dio ha sido enorme hacia el plato fuerte: el cetro de Liga.
América y Cruz Azul están clasificados a la siguiente fase y se otean uno a otro, como si pensaran que a ellos se constriñe la lucha por el título. Sin embargo, para los exigentes ninguno de los dos ha mostrado todavía su mejor juego. Santos, pese a su inesperado descalabro ante Querétaro, tiene sólidas aspiraciones al bicampeonato para festejar en grande su 35 aniversario.
Toluca, Monterrey y Pumas son contrincantes imposibles de desdeñar, sin descartar la rebatiña entre Tigres, Tuzos, Morelia y Querétaro por los últimos boletos a cuartos de final. Los Diablos Rojos buscan revancha tras las recientes finales perdidas, pero nadie padece tanto como los Rayados, donde la impaciencia comienza a desquiciar a sus fanáticos, quienes en las recientes campañas han contemplado con amargura los éxitos de Tigres.
En detrimento de la Liga Mx, por complicidad y omisión, la Federación Mexicana de Futbol ha permitido el hundimiento de uno de los equipos más queridos de la afición. Las desvalijadas Chivas serán el gran ausente en la liguilla y la directiva rojiblanca se alista para vender más.
Jorge Vergara no tomó notas del descalabro de Salvador Martínez Garza. Cegado por el optimismo sólo vislumbró en Chivas una jugosa mina que intentó explotar a fondo, pero acabó entrampado –desfalcado– y ahora, mediante su hijo Amaury, y José Luis Higuera, se dispone a transferir lo último de valor que les queda. Urge vender a Alan Pulido antes de que se deprecie más debido a su pobre rendimiento.
Higuera está reprobado como administrador. Compró a Rodolfo Pizarro a Grupo Pachuca y entregó como parte del pago a la joya de la corona: Víctor Pocho Guzmán, un diamante en bruto que los Tuzos pulieron; serán éstos quienes podrán sacar provecho al trabajo con infantes del Rebaño. También está en apuros con Javier Chofis López, quien se niega a renovar contrato; en su caso quedará demostrado que el llamado pacto de caballeros
está más vivo que nunca.
De nada sirve que el capitán Jair Pereira y el técnico José Cardozo se flagelen culpándose del fracaso deportivo. Para todos está claro que la directiva rojiblanca, una de las más aguerridas impulsoras del freno al descenso, es la principal culpable del desastre. Claro que por ahora sólo se percibe la sonrisa de Amaury, quien ya hizo con Chivas lo único que podía hacer: una película.
El Pocho Guzmán se robó la semana al destacar en la goliza de Tuzos sobre Necaxa; el mediocampista tapatío marcó cuatro tantos que lo convirtieron en el mejor anotador mexicano de la Liga. A pesar de la abrumadora cantidad de foráneos el talento lucha por emerger y otro que está dando muestra de su calidad es Alexis Vega, del Toluca, sin contar a los jóvenes de Santos Laguna, que han hecho olvidar muy pronto las ausencias de Carlos Izquierdoz y de Djaniny Tavares.
En el valle de los lamentos siguen Xolos y Veracruz. La gestión de Ignacio Palou con los fronterizos ha sido mala. El equipo se hizo demasiado dependiente del promotor Christian Bragarnick y sólo ha sumado fracasos. Veracruz arrastra adeudos y el disgusto amenazante de Juvenal Olmos, quien se fue igual que su antecesor: denunciando dobles contratos. Puebla y Lobos se disponen a cerrar una aceptable campaña que los aleje del descenso, por ahora su máxima ambición.
La Liga de Ascenso, con equipos que juegan mejor que algunos del primera división, gana adeptos. Gabriel Caballero sufrió un descalabro, pero sus Bravos siguen en la cima. Los Dorados de Diego Maradona están felices en zona de liguilla. Gerardo Tata Martino descarta a Argentina y ya piensa en México, mientras Ricardo Tuca Ferretti se dispone a sortear su último par de juegos como técnico interino y tiene prohibido fracasar en la misión de clasificar a Tigres a la Liguilla.
