Viernes 2 de noviembre de 2018, p. a15
Sao Paulo. La efervescencia en Argentina por una inédita final de la Copa Libertadores de América entre Boca y River se enfrió de golpe ayer, a la espera de que la Conmebol decida si confirma al equipo millonario en la serie decisiva.
La Conmebol difundió un tuit señalando que la primera final se disputará el 10 de noviembre a las 13 horas locales (tiempo de México) en La Bombonera y el encuentro decisivo se jugará el 24 en el mis-mo horario, sin mencionar a River como anfitrión, lo que causó el pánico de su afición.
El Tribunal de Disciplina de la Conmebol debe resolver sobre la situación del entrenador de River, Marcelo Gallardo, luego de que Gremio brasileño presentó una denuncia contra el equipo argentino argumentando que su técnico, sancionado tras el partido de ida, incumplió las reglas al no respetar la restricción de incidir en el juego de vuelta, cuando bajó al vestuario en el mediotiempo y se comunicó con los futbolistas.
Los aún campeones vigentes de la Libertadores, reclaman que el tribunal le otorgue el triunfo ante River por 3-0 y así jugar la final con Boca. El mismo club informó que la decisión del tribunal está prevista para el sábado.
El presidente de Gremio, Romildo Bolzan, afirmó ayer que la Conmebol se juega su honor en la decisión que tome sobre la próxima final de la Copa Libertadores. Lo que está en juego aquí son valores mucho más profundos que el resultado en el campo. Lo que está juega es la integridad y la moralidad del futbol (...) Lo que está en juego es la honra del campeonato, de la propia Conmebol
, dijo Bolzan desde Porto Alegre, en referencia a la presencia o no de River Plate en la final contra Boca Juniors.