Jueves 1º de noviembre de 2018, p. 35
El pequeño y el mediano comercio laboraron con normalidad el primer día del corte de agua. Dependientes de varios de estos etablecimientos confían en que el agua que reservaron sea suficiente hasta pasada la contingencia.
Una juguería en la calle Independencia, en el Centro Histórico, almacenó agua en cinco tambos, a los que hizo lugar en medio de algunas mesas.
Justamente, los botes para almacenar agua ha sido uno de los negocios más favorecidos con el corte, pues su venta se elevó mil por ciento, señaló la Cámara de Comercio en Pequeño.
Locales como una jarciería y de venta de artículos de plástico venden normalmente tres botes de plástico de 100 o 120 de litros al mes, pero la semana que pasó vendió 30; en tanto, distribuidores de agua embotellada tendrán actividad toda la semana con entregas programadas tanto a negocios como a restaurantes.
De un consumo normal de cinco garrafones a la semana, un restaurante solicita 15, en promedio, para hacer frente a cada día de corte, ante la necesidad de contar con agua pura para preparar alimentos. Adicionalmente adquirieron botes o tinacos para almacenar agua para la limpieza y el uso en sanitarios, añadió el organismo.
Por el corte se estima que se presentarán algunos fenómenos que podrán afectar positiva o negativamente el consumo. Uno será la disminución de la actividad comercial en zonas escolares, de oficinas o dependencias de gobierno, que optarán por reducir o suspender labores algún día entre el 31 de octubre y el 3 de noviembre, lo que puede llevar a los comercios cercanos a cerrar esos días por la baja de consumidores y el corte de agua.
Por el contrario, se espera que pudiera presentarse un aumento de la actividad comercial en zonas de alta presencia de visitantes, como los corredores Roma-Condesa, Reforma-Alameda-Centro Histórico, Polanco, Narvarte, Del Valle, los centros históricos de Coyoacán, Tlalpan y Xochimilco, así como en Tláhuac y avenidas de alta concentración de personas y de actividad comercial.
Lo anterior, porque muchos capitalinos optarán por no preparar comida en casa y/o evitar el consumo de agua en el hogar, prefiriendo comer fuera y utilizar los servicios sanitarios en los negocios, lo que podrá representar una exigencia en la demanda para restaurantes, cafeterías, loncherías, cocinas económicas, bares, cantinas, gimnasios, spa, estéticas y en especial baños y sanitarios públicos.