La decisión de cambiar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) a la base militar de Santa Lucía pone en riesgo la seguridad nacional, aseguró el abogado Julio Jiménez Martínez, analista jurídico, político y experto en la materia.

Esto generará condiciones de vulnerabilidad porque la capacidad de respuesta y operación de las fuerzas armadas, la Fuerza Aérea Mexicana y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no tendrán la logística inmediata ante escenarios de desastres naturales debido a que la base militar de Santa Lucía es la más importante en caso de emergencias.

Además, las autoridades tendrán que cambiar de sedes al personal castrense y a los aviones, los cuales serán reubicados en otras bases militares, como las de San Luis Potosí, Querétaro, Aguascalientes, Jalisco, Puebla y la que se ubica cerca de Morelos-Guerrero, entre otras.

Por otra parte, el especialista Edmundo Barrera, director de la Facultad de Ingeniería de la Universidad La Salle, señaló en entrevista que la base militar de Santa Lucía es geográficamente estratégica por su cercanía con la capital del país.

Debemos saber la postura del actual secretario de la Defensa Nacional y de los próximos titulares para conocer sus planteamientos. No creo que en tres años una base militar nueva esté definida, construida y operando para entregar la actual, sino que se convertirá en un serio problema de estrategia, vigilancia y seguridad.

Dijo que otro problema en Santa Lucía para la operación aérea cotidiana es la presencia de bancos de niebla, sobre todo durante otoño e invierno, lo cual ocasionará que no opere las 24 horas.

Una base militar es importante principalmente por las condiciones de seguridad, resguardo y protección ante desastres. Ante la confirmación de convertirla en aeropuerto comercial hace falta saber dónde se ubicará, cómo será aprobada, diseñada o certificada por organismos internacionales que regulan la aviación militar, y si en esa nueva ubicación las características geométricas son adecuadas y van a satisfacer la cobertura de la seguridad nacional.

Para el académico Jiménez Martínez la decisión del presidente electo de cancelar la construcción del NAIM en Texcoco ocasionará un tsunami de demandas de contratistas. Además, trasladarlo a Santa Lucía hará vulnerable la logística de aeronaves militares que brindan seguridad interior, servicios para aplicar el Plan DN-III, así como operativos de prevención y combate al crimen organizado.

“Es aventurado decir que en tres años se entregará una obra con las condiciones mínimas de seguridad que establecen los organismos internacionales; no hay condiciones para que la entreguen en 2021. Además, las corrientes de aire y la variación en la velocidad del viento pueden generar condiciones de riesgo para las aeronaves de cierto tamaño en cuanto a la turbulencia, porque el espacio aéreo generará nuevas condiciones de tráfico que no se solucionarán con dos pistas.