El corte del suministro de agua potable en la Ciudad de México y municipios conurbados nos debe enseñar lo importante de su buen uso, afirmó el director del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua (Pumagua) de la Universidad Nacional Autónoma de México, Fernando González Villareal, quien señaló que no hay motivo para caer en pánico, pero hizo algunas recomendaciones a la población ante el desabasto que se enfrentará por la rehabilitación del Sistema Cutzamala.

En conferencia de prensa realizada en la torre de Ingeniería, el investigador afirmó que en los hogares el principal consumo de agua se origina en el baño, por lo que pidió realizar duchas cortas, de no más de cinco minutos, o considerar el baño francés; utilizar regaderas ahorradoras y recolectar en una cubeta el agua que primero sale fría.

Asimismo, jalar lo menos posible la palanca del escusado, diferir el lavado de ropa y usar platos desechables. Detectar y reparar las fugas existentes son otras recomendaciones para este periodo de escasez.

González Villareal destacó que una vez que se restablezca el servicio de manera paulatina se debe verificar que el agua no esté contaminada o contenga partículas suspendidas antes de llenar cisternas y tinacos, pues de ser así, se deberá hacer una limpieza posterior.

▲ El programa para el manejo del agua de la UNAM hizo varias recomendaciones para ahorrar y no desperdiciar el líquido.Foto Alfredo Domínguez

Refirió que a lo largo de su existencia el Sistema Cutzamala ha tenido nueve cortes de agua, algunos similares al que ocurrirá, y la Ciudad de México funcionó muy bien, porque se tomaron, como ahora, las previsiones adecuadas.

Indicó que la interrupción del servicio es para realizar los trabajos que eviten una fractura prolongada que pueda provocar un corte de semanas o meses.

Daniel Rocha Guzmán, coordinador ejecutivo del Pumagua, consideró que entre las prioridades que debe atender la próxima administración de la capital del país es la reparación de la red hidráulica, para reducir la pérdida de agua.

Indicó que por medio de este programa se midió con sensores el suministro en Ciudad Universitaria, con lo que se logró reducir 50 por ciento las fugas en cuatro años.