Oaxaca, Oax., Eloy López, carpintero de oficio, migrante en Oregon y profesor bilingüe, habla en su calidad de secretario general de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la satanizada, la polémica y aguerrida. Abre fuego con la coyuntura: Elba Esther Gordillo va a volver, quizá por un breve tiempo. No sé si convoque a un congreso, pero sin duda va a querer imponer a uno de los suyos. Eso, de un lado. Del otro, en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) nunca tuvimos un mejor momento. Hubo condiciones en la primavera que tanto cuentan (López se refiere a 1989, para él prehistoria, porque ingresó al magisterio en 2001). Es decir, es posible que la coordinadora pueda tomar la dirección nacional del SNTE. En la coordinadora es difícil ponerse de acuerdo, pero hay que entender el momento y platicarlo.

–¿Hay empuje, ganas, talento en la CNTE, para disputar el sindicato nacional? Se les suele ver muy atrincherados en sus estados.

–Puedo decir que sí.

–¿Ve alguna diferencia entre Elba Esther y Juan Díaz de la Torre?

–Que uno es peor que otro.

–¿Cuál es peor?

–Pues por las cosas de que se le acusa y el tiempo que estuvo al frente del sindicato, Elba Esther. Además, por el señalamiento en el asesinato de Misael Núñez Acosta.

Este movimiento no depende de una elección

López concede la entrevista en medio del congreso político-educativo, donde la sección 22 define la ruta de su relación con el gobierno electo y los pasos para lograr lo que es su demanda central e irrenunciable: la abrogación de la reforma educativa. Este domingo concluye en Ciudad de México un congreso similar, pero nacional.

–¿Qué responden a Andrés Manuel López Obrador cuando los llama conservadores?

–Nada. No vamos a entrar en dimes y diretes. Vamos a demostrar que tenemos compromiso con los padres y con nuestros alumnos.

La entrevista se realiza en dos días distintos de la semana que termina. En los dos tramos se pone en la mesa, una y otra vez, la polémica que la CNTE ha sostenido con el presidente electo.

Eloy López es mesurado, cuidadoso, e insiste en que no buscará intercambios con López Obrador por conducto de los medios, sino un diálogo directo.

Tal diálogo ocurre este sábado 27, en la casa de transición de la colonia Roma. En la reunión con el presidente electo participan siete dirigentes de la coordinadora, además de Esteban Moctezuma, futuro secretario de Educación, y Julio Scherer, quien será consejero jurídico de la presidencia.

El operador de la reunión es Luis Humberto Fernández, quien ocupó una senaduría tras la muerte de Manuel Camacho Solís y quien será, dicen en los corrillos de la casa de transición, administrador de los servicios educativos en la capital del país.

Al finalizar la reunión, que habría durado poco más de una hora, los líderes de la coordinadora explicaron que se trató de un acercamiento dirigido a crear condiciones para el diálogo.

–Una madre de familia dijo en este congreso que si ustedes creen que Morena va a salvar a México, que Dios los bendiga.

–Apoyamos a Andrés Manuel. Pero en el pecado no llevamos la penitencia. Fue un momento de coyuntura. Tampoco somos inocentes para pensar que a partir del primero de diciembre se resuelve todo. No vamos a bajar la guardia. Este movimiento no depende de una persona ni de una elección presidencial. No importa quién esté en el Ejecutivo, es mediante la movilización como se va a abrogar la reforma.

Los chiapanecos son muy volubles

En la disputa por el SNTE, el dirigente mixteco pone en la vanguardia a su sección: “Haciendo una remembranza histórica, Oaxaca se integra a la CNTE un año después de su creación, y desde entonces toma el control. Chiapas, por aceptar unas carteras, se va prácticamente 12 o 15 años al charrismo. Oaxaca ha sido congruente, incluso en esta que pudo ser una crisis fatal. Tuvimos momentos en que la participación en nuestra asamblea estatal era de nueve o 10 por ciento. Ahora hay ocasiones que rebasamos 65 por ciento”.

–Se equivocaron quienes los daban por muertos.

–Sí, pensaron aniquilarnos con los recursos. Pero desde 1980 Oaxaca había demostrado que podía subsistir pese a las condiciones adversas. Lo hemos demostrado otra vez. Estábamos en cero. No teníamos nada. Ni salarios para el comité, nada, ni siquiera la re-lación con el gobierno del estado.

–El presidente electo los llama conservadores con ropaje de radicales. Tal vez la sección siete (Chiapas) aproveche para restregar: se los dijimos.

–Ellos son muy volubles –responde de botepronto en referencia a los dirigentes chiapanecos.

Y entonces entra en una extensa explicación sobre los modos de cada sección. Se remonta a los primeros meses del año, cuando los chiapanecos lograron que la CNTE declarara que no iba al proceso electoral con ningún partido, a contrapelo de la decisión oaxaqueña de rechazar explícitamente a los firmantes del Pacto por México.

López dice que los chiapanecos se sacaron de la manga un acuerdo que no había sido discutido abajo.

–Hubo un fuerte debate político en el que les planteamos: Tú no puedes decir algo que tu base no dice. Nosotros traemos nuestros resolutivos y los defendemos claramente.

Desde entonces, a los ojos de la opinión pública y en las listas de candidatos, los oaxaqueños fueron los aliados del obradorismo. Incluso una sobrina del dirigente, Arcelia López, es diputada local por Morena (aunque por su propia historia, como dice uno de los líderes históricos de la 22).

Eloy López le entra al toro: No estamos subordinados a López Obrador. Apoyamos al proyecto, pero no nos sometemos a su mandato. Nadie puede decir que alguien maneja este movimiento, porque es de bases.

El manejo de plazas corrompe

El golpe de la reforma educativa –ahora prácticamente un cadáver– tuvo un alto costo para la sección 22. López acepta que el decreto que los echó del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) y la imposición parcial de la evaluación implicaron un desgaste tremendo.

–En el nuevo escenario, ¿están planteando que la 22 recupere jefaturas de los niveles?

–Se tiene un mal concepto. Algunos dicen que la 22 pretende recuperar la rectoría de la educación, que nunca tuvimos.

–De acuerdo, pero tenían el control político-administrativo…

-Sí. Lo hemos discutido. Quizá no fue un error. Por la fuerza del movimiento se obtuvieron esos espacios. No teníamos la rectoría, pero sí gran influencia. Éramos juez y parte: aquí están las plazas y distribúyanse, se decía. Entonces la pugna era entre nosotros. La misión del sindicalismo es defender el derecho de los trabajadores y la educación en sí.

–¿Están mejor así?

–Aplaudo que nosotros no manejamos plazas, porque eso nos corrompe. Siempre se va a manejar del gobierno que a la dirección sindical se le da dinero. Al gobierno estatal le he dicho claro: yo no vengo por dinero, puede ser poco, pero me he sabido ganar lo mío. (López es dueño de un taller de carpintería en Tlaxiaco que, dice, le da para vivir holgadamente sumado a su salario y el de su esposa, ambos docentes).

A media tarde, en el congreso de la CNTE corre la versión de que habrá una nueva reunión con el presidente electo este domingo.