Reconocen a Muñiz-Huberman, Rossana Filomarino, Leonor Farldow y Salomón Nahmad
Jueves 25 de octubre de 2018, p. 3
El gobierno de la República, por conducto de la Secretaría de Cultura, dio a conocer ayer los nombres de los ganadores de los Premios Nacionales de Artes y Literatura 2018.
En el campo de Lingüística y Literatura se reconoce la trayectoria de la escritora, ensayista y poeta Angelina Muñiz-Huberman (Hyères, Francia, 1936), ‘‘por sus investigaciones en literatura hispanohebrea medieval, novela neohistórica, estudios de la mística sefaradí en la literatura mexicana y por la creación del género de las seudomemorias”.
En Bellas Artes la galardonada es la coreógrafa Rossana Filomarino (Roma, 1945), una de las figuras más sólidas de la danza contemporánea del país.
En Historia, Ciencias Sociales y Filosofía se entregará al antropólogo Salomón Nahmad y Sittón (Ciudad de México, 1935), quien colaboró con Erich Fromm en la investigación sobre la sicología de la madre mexicana, y en Artes y Tradiciones Populares se distingue a la maestra Leonor Farldow Espinoza (Arroyo de León, BC, 1936), ‘‘por su labor social, política, de investigación y gestión cultural que ha contribuido a preservar y difundir las tradiciones del pueblo kiliwa en Baja California”, se explica en un comunicado.
Los premios se entregarán el lunes 29, en la residencia oficial de Los Pinos, la última que encabezará el presidente Enrique Peña Nieto.
Sorprender a los lectores; exilio y vivir en México
Muñiz-Huberman dijo en entrevista con La Jornada que recibe la noticia del premio ‘‘con la idea de que la responsabilidad es muy grande. Tengo que seguir escribiendo para no defraudar a mis lectores y seguirlos sorprendiendo. Siento ahora que debo hacer mejores cosas”.
La escritora, cuya obra se ha traducido a varios idiomas y ha sido distinguida con premios como el Xavier Villaurrutia y el Internacional de Novela Sor Juana Inés de la Cruz, trabaja en una historia inspirada en su vida, ‘‘que es la de todos los extranjeros que han llegado a México durante el siglo XX, huyendo de dictaduras, persecuciones, y que hasta la fecha sigue ocurriendo. Escribo sobre este México protector y receptor de personas con problemas, cómo se adaptan o no, su melancolía, sus recuerdos, la vida día a día.
‘‘Me interesa en estos momentos describir esa idea, la cual tuve hace años y tardó en madurar, por lo que está sucediendo no sólo en el país sino en diversos lugares del mundo: la desesperación de poder seguir adelante con la vida.
‘‘Desde pequeña he estado en esa situación de tratar de combinar dos mundos: el del exilio y lo que vivo en México. He tratado de instaurarlo, casi por primera vez, en la literatura mexicana, y su relación con las artes, la pintura y la música, con ese ritmo que lleva uno dentro del corazón, que es todo el conjunto de esta unión.”
Trayectoria dancística de 53 años ininterrumpidos
La bailarina Rossana Filomarino, quien tiene un quehacer dancístico ininterrumpido de 53 años, forjadora de varias generaciones y creadora de más de 70 coreografías, dijo a este diario, a propósito del reconocimiento que le otorga el gobierno de la República: ‘‘Creo que he llegado a un buen nivel. Espero que este premio me ayude a realizar dos proyectos: uno es tratar de conseguir una gira con obras de gran formato, que fueron las que presenté en mi reconocimiento por 50 años de trayectoria.
‘‘Quiero presentarlas con un elenco de 14 bailarines, lo cual es muy difícil al día de hoy, pues hay que conseguir teatros grandes. Es casi el último deseo de este tipo de danza.
‘‘También quiero continuar con mis pequeños solos que han tenido mucho éxito y mucha repercusión en el público; son seguidos de charlas y conferencias, es decir, hay un acercamiento íntimo con los espectadores, dirigido básicamente a los jóvenes.
‘‘Quiero dar pláticas, hace tiempo lo hice mucho invitada por instituciones; el resultado fue que los asistentes descubrían maneras de vida que no sospechaban, por ejemplo, que se puede ser tan intenso. Ahorita es un momento importante para ese tipo de trabajo, por la situación que vive el país.
‘‘He tenido muchos premios, reconocimientos y apoyos, lo agradezco porque ha hecho más fácil mi carrera, pero nunca me he dormido en mis laureles, siempre he utilizado todo para el mejor rendimiento posible. Espero hacerlo todavía, mientras las fuerzas me asistan.”
Sobre todo, Rossana Filomarino considera su premio nacional como un reconocimiento al arte dancístico, ‘‘porque sentía que la danza había sido muy abandonada, ya que sólo hemos tenido cuatro premios nacionales desde la creación de este galardón (1945), y hay muchas personas a lo largo de la historia que lo hubieran merecido y que ya no están con nosotros; también hay muchos que vienen después de mí que tienen los méritos.
‘‘Lo que pasa es que la danza no es un arte masivo, no tiene el gran público de la literatura o el cine. Por eso siento que este reconocimiento a mi persona es para todo el gremio. Hace mucha falta que la danza esté más enarbolada como arte”, concluyó la artista.