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Tras 40 años se exhibirá The other side of the wind, cinta inconclusa de Welles
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▲ Orson Welles, en 1982 durante la inauguración de los premios César, en París.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de octubre de 2018, p. a12

Lyon. Los problemas de producción y judiciales le habían impedido finalizar antes de su muerte The other side of the wind, filme maldito del estadunidense Orson Welles, que ya vio la luz y será difundido por Netflix, más de 40 años después de su rodaje.

Rodada entre 1970 y 1976, esta obra abstracta, que evoluciona a un ritmo desenfrenado entre el color y el blanco y negro, hace sumir al espectador en una truculenta fiesta de aniversario de un director de Hollywood venido a menos que regresa a su país tras años en el exilio con un nuevo filme bajo el brazo.

Visualmente, Welles había decidido alejarse del clasicismo de sus películas anteriores para realizar una sin ninguna intriga, que excluyera los preceptos de dirección de la industria estadunidense. El objetivo, hacer de The other side of the wind su gran obra.

El resultado es una sátira virtuosa de Hollywood, una rareza con tintes autobiográficos del director de El Ciudadano Kane.

Netflix compró los derechos

Se necesitó una década para finalizar el filme, y en 2014, cuando todavía se hallaba en pleno montaje, Netflix compró los derechos.

“El viaje para hacer renacer la película fue largo. Ningún estudio quería aventurarse hasta que Netflix –que desembolsó 5 millones de euros– se ofreció como salvador”, dijo uno de los productores durante el Festival de cine Lumière de Lyon, donde fue proyectado.

Para su finalización, el equipo se apoyó en la cuarentena de minutos de escenas montadas por Welles antes de su muerte en 1985, así como en las notas de intención muy precisas y varias versiones del guión imaginado por el cineasta junto a su última pareja, la actriz Oja Kodar.

En They'll love me when I'm dead, un documental sobre el proyecto y sus vicisitudes de Morgan Neville, una escena muestra al cineasta rodeado de periodistas en 1966.

Instalado en Europa desde hace varios años tras haberse sentido traicionado por la industria estadunidense, Welles expone públicamente por primera vez su deseo de realizar una cinta sobre Hollywood en formato documental y en el que se registran accidentes divinos puesto que los actores improvisan.

Entre 1970 y 1976, el cineasta se empeñó en sacar adelante el rodaje pese a las dificultades de financiación, rescribiendo el guión y sin saber quién interpretaría al director Jake Hannaford.

Confió finalmente el papel principal a su amigo John Huston. Welles confirma su reputación de genio perfeccionista.

El proyecto fue abandonado definitivamente en 1979, después de que Medhi Bushehri, yerno del Sha de Irán que apoyaba la producción, bloqueó los negativos.