Madrid. La periodista mexicana Alma Guillermoprieto rindió homenaje a su ‘‘valiente e inclaudicable amigo Javier Valdez” durante la entrega de los premios Princesa de Asturias, en los que recibió el de Comunicación y Humanidades.

Con voz entrecortada por el recuerdo de aquel día, el 15 de mayo de 2017, cuando fue abatido en Culiacán el corresponsal de La Jornada en Sinaloa, la periodista rememoró que cuando conoció la noticia ‘‘fue como si apagaran la luz del mundo”.

En el Teatro Campoamor de Oviedo, donde cada año los reyes de España presiden la entrega de los galardones, se desarrolló una ceremonia marcada por la defensa encendida del periodismo. Alma Guillermoprieto (Ciudad de México, 1949) entiende que sin un periodismo poderoso y bien financiado ‘‘el mundo entrelazado sería imposible”. Una reportera que ha recorrido el mundo, sobre todo América Latina para contar historias del ‘‘heroísmo de la gente que no tiene nada”, según sus palabras.

Ver el mundo, cambiar la historia, ser heroicos

En su discurso, Guillermoprieto dijo que a un oficio como el periodismo sólo se puede entrar ‘‘con grandes sueños e ilusiones: ver el mundo, cambiar la historia, ser heroicos. La realidad es más estrecha: se gana poco; en estos tiempos en que el mundo ha entrado en revolución tecnológica, cibernética, científica, no tenemos certezas en qué apoyarnos y el mundo nos quiere mal; se trabaja de sol a sol –aunque eso nos gusta, en realidad– hay una gran confusión en cuanto a cuál debe de ser nuestro papel, y en todo esto, somos el fiel reflejo de la sociedad en general. Y sin embargo, y por lo mismo que existe tanta confusión, hacemos falta”.

La galardonada, quien compartió escenario con Martin Scorsese, Fred Vargas y Michael J. Sandel, elogió su oficio, su vocación y se preguntó: ‘‘¿Cómo se enterarían ustedes de estos y todos los demás hechos y retos que ocurren fuera de su entorno inmediato sin nosotros, los reporteros? Sin los medios, el mundo viviría en una especie de siglo XI, aislado cada quién en su villorrio o su castillo, igual de ignorantes los dos, convencidos de que son tan reales las sirenas como los rinocerontes. Sin un periodismo poderoso, bien financiado, respetado por los gobiernos, el mundo moderno, el mundo entrelazado, sería imposible”.

Recordó que el periodista Javier Valdez Cárdenas, también fundador del semanario Ríodoce, y su familia fueron víctimas de la violencia en México. Cuando un periodista se sumó a la lista de informadores asesinados por ejercer su oficio en ese país, como también le había ocurrido a la corresponsal de La Jornada en Chihuahua, Miroslava Breach, acribillada el 23 de marzo de 2017 ante la mirada de su hijo.

En presencia del resto de galardonados con el Priincesa de Asturias, Guillermoprieto añadió: ‘‘Sin embargo, estoy aquí para decir que donde matan a uno, a la larga suelen surgir dos, o por lo menos otro. Y que si antes intentaba disuadir a los jóvenes que me decían que querían ser periodistas, porque el peligro es mucho, porque los cambios tecnológicos, porque se gana poco, porque... ay, por qué no hacer algo más fácil y vivir tranquilos.

‘‘Hoy les digo, háganle, dénle nomás, porque contamos la historia del mundo todos los días. Porque dejamos constancia de lo que otros quieren tapar.’’