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El pueblo comca´ac
Milton Gabriel Hernández García PNERIM-INAH El pueblo “seri”se denomina a sí mismo comca´ac, que significa “la gente” y en singular a cada individuo que pertenece a este pueblo originario se le llama Cmiique, cuyo significado es “persona”. Punta Chueca (Socaiix) y Desemboque (Haxöl ihom) son las únicas dos comunidades comca´ac y se encuentran en los municipios de Hermosillo y Pitiquito, respectivamente. Cuentan con aproximadamente 1,200 habitantes y colindan con el Canal del Infiernillo (Xepe Cosot). Las autoridades tradicionales del pueblo comca´ac impulsan actualmente una agenda política que busca construir un proceso autonómico municipal y de autosubsistencia a partir de la pesca. Mediante un plan de acción, los comca´ac construyen un proyecto de futuro que busca materializarse a través de cuatro ejes fundamentales: 1) Creación de un “municipio comca´ac”. El territorio actual de los seris tiene una superficie de 205,886.77 hectáreas. La Isla Tiburón, bajo el régimen de propiedad de bienes comunales, tiene 118,951.74 has, y el ejido El Desemboque y su anexo, Punta Chueca, tienen 86,935 hectáreas, según el Registro Agrario Nacional. Cada una de las comunidades pertenece a un municipio distinto, cuyas cabeceras se encuentran muy distantes. Los habitantes de El Desemboque que deseen llegar a la cabecera del municipio de Pitiquito, deben recorrer alrededor de cuatro horas en vehículo en medio del desierto. Los habitantes de Punta Chueca tienen que recorrer dos horas de su comunidad hasta Hermosillo. Esto dificulta la comunicación y la coordinación con las autoridades municipales cuando es necesario resolver alguna problemática. Se ha convertido en un obstáculo para que el pueblo seri cuente con servicios básicos como agua potable o transporte público. Quien no tiene vehículo propio difícilmente puede salir del territorio a menos que consiga un raite con un vecino, con algún repartidor de refrescos o con algún funcionario que realice alguna visita rutinaria. Muchas personas han perdido la vida ante la imposibilidad de trasladarse al hospital más cercano. Además, el flujo de recursos destinados al desarrollo social es mínimo, lo que contrasta con la inversión pública que se destina a la ciudad de Hermosillo, que además de ser cabecera municipal, es la capital del estado de Sonora. Para resolver esta problemática que es, además, la causa de muchas otras, el gobernador tradicional, Saúl Molina Romero, y el regidor étnico de El Desemboque, Francisco Fonseca Hoeffer, se han propuesto trabajar en coordinación con el próximo Instituto Nacional de Pueblos Indígenas para proponer una reforma a la constitución del estado de Sonora, a fin de que no sea necesario tener un mínimo de habitantes para conformar un municipio cuando se trate de los pueblos indígenas que se encontraban asentados antes de la colonización. Además, están trabajando en la propuesta para crear un “Municipio comca´ac”, la cual se someterá a consulta con las dos comunidades, según lo que establece el Artículo 6 del Convenio 169 de la OIT. Si la propuesta es aprobada en la consulta, se presentará a los ayuntamientos de Hermosillo y Pitiquito un proyecto de desincorporación de la superficie del territorio comcaác de los polígonos que les pertenecen. Posteriormente, se presentará también al Congreso estatal la propuesta de creación del nuevo municipio, que incluirá a Punta Chueca y Desemboque como núcleos de población, así como las 205,886.77 hectáreas de su territorio. El acercamiento que se buscará con el INPI será fundamentalmente para que preste asesoría técnica y legal y para que garantice el respeto a sus derechos como pueblo en cada parte del proceso. Para ello se trabaja ya con el coordinador de la oficina de enlace comca´ac del gobierno electo, Gabriel Hoeffer Félix, quien ya ha sido gobernador tradicional de los seris. 2) El derecho a la consulta como pueblo pesquero. Este segundo eje tiene que ver con la demanda del pueblo comca´ac al Estado mexicano de que se respete su derecho a ser consultado acerca de la veda que la Secretaría de Agricultura, a través de la Dirección Adjunta de Investigación Pesquera en el Pacífico del Instituto Nacional de Pesca (Inapesca), impuso desde 2012 para la captura de jaiba, tiburón y mantarraya. Esta disposición vulnera sus posibilidades de subsistencia a partir de una práctica ancestral: la pesca artesanal. La veda deja a los pescadores sin posibilidad de captura año con año, entre los meses de mayo y agosto. Al respecto, dice Francisco Fonseca: “las decisiones de la autoridad no tienen base en estudios comprensivos de la flora y fauna del territorio que nosotros habitamos y el cual protegemos desde épocas inmemoriales. Mi pueblo ha mantenido una relación sustentable con el mar desde la época prehispánica. Nosotros cuidamos de nuestra fuente de alimento como ninguna otra institución lo podría hacer y sin embargo somos víctimas de las decisiones tomadas por funcionarios, alejados de la realidad de los pueblos indígenas. Es necesario que el gobierno federal acate el Convenio 169 de la OIT y realice consultas antes de tomar decisiones que dejan a un pueblo indígena sin la capacidad de llevar comida a su mesa. Lo que queremos es asegurar una fuente estable de sustento para los miembros de la etnia, que durante 4 meses del año nos vemos en la necesidad de vivir del asistencialismo a causa de una veda desproporcional, que no refleja la situación de la fauna en nuestros mares”. 3) Infraestructura para la pesca y valor agregado. Como la inmensa mayoría de los pueblos pesqueros de país, los seris enfrentan desventajosamente el mercado, debido a que trabajan con productos altamente perecederos y a que no cuentan con infraestructura para almacenar y refrigerar sus capturas marinas. Ello obliga los pescadores de Punta Chueca y Desemboque a terminar aceptando los precios que les imponen los intermediarios. Desde el 2011 se han realizado gestiones para implementar nuevas tecnologías que les permitan fabricar hielo y construir cuartos fríos de almacenaje, sin que hasta el momento se haya concretado esta iniciativa. De existir esta infraestructura, uno de los pilares de la economía comunitaria, la jaiba, podría ser precocida y almacenada a bajas temperaturas para ser sacada a la venta cuando las condiciones en el mercado sean más favorables. Tanto los pescadores afiliados a la cooperativa como los que trabajan de manera libre podrían ser altamente beneficiados con la creación de un cuarto frío y una procesadora de productos marinos. 4) Vivienda y servicios básicos. El cuarto eje es la gestión de servicios básicos. Ambas comunidades carecen de agua potable y drenaje. Durante muchos años el Instituto Nacional Indigenista y posteriormente la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas abastecieron al pueblo seri de agua a través de pipas, pero desde hace años fue retirado este apoyo. La planta desaladora de agua marina que se encuentra en Punta Chueca no logra abastecer ni siquiera a la población de la comunidad. El pozo que se encuentra en Desemboque está en muy mal estado. Precisamente en los meses de la veda, ante la falta de pago les es cortada la energía eléctrica que abastece la bomba del pozo, por lo que se quedan sin agua. Esporádicamente llegan pipas enviadas por los gobiernos municipales. Esta situación ha dejado a ambas comunidades sin agua hasta por quince días. Por otro lado, la mayoría de las casas construidas en la década de los setenta se encuentran muy deterioradas, con riesgos estructurales, por lo que es urgente la puesta en marcha de un plan emergente de vivienda para todo el pueblo comca´ac, con materiales térmicos apropiados para un clima en extremo frío o en extremo caluroso, según el mes del año. Los y las integrantes de la Nación comca´ac han sido un pueblo nómada, pescador de las aguas del Golfo de California y recolector del desierto de Sonora. Pero, sobre todo, han sido un pueblo guerrero que ha resistido a lo largo de muchos siglos para defender su territorio. Hoy se enfrentan a un complejo proceso de cambio y negociación para adaptarse al mundo moderno sin dejar de ser lo que han sido. Las nuevas generaciones, que se han nutrido de la tradición y también han desarrollado habilidades “para comprender a los blancos de afuera”, tendrán la tarea de asegurar el futuro de su pueblo a partir de un profundo diálogo con los hombres y las mujeres de sabiduría. Este artículo fue publicado en The New York Times. La versión original.
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