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Tome hoy un buen café mexicano… porque con el cambio climático puede escasear Obeimar Balente Herrera Grupo de Investigación en Zonas Cafetaleras de ECOSUR, CONACYT
Los impactos del cambio climático llegaron al mundo del café. Las familias cafeticultoras sufren en sus cultivos de sequías más prolongadas y de lluvias torrenciales que afectan su producción; para ellos estas son los principales efectos del cambio climático. Aunado a lo anterior, los escenarios de futuro próximo consideran una importante disminución de las áreas aptas para el cultivo café en México. La situación antes descrita es uno de los resultados obtenidos del diagnóstico situacional de la cafeticultura en México frente al cambio climático, en especial de los productores organizados en el esquema de comercio justo. Este estudio fue liderado por la Coordinadora Méxicana de Pequeños Productores de Comercio Justo (CMCJ), la Coordinadora Latinoamericana de Pequeños Productores de Comercio Justo (CLAC), El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y la Universidad Autónoma Chapingo (UACh). El sistema de comercio justo de pequeños productores en México está integrado por 36,000 familias, las cuales están organizadas en 48 cooperativas, Éstas se caracterizan, según el estudio, por tener cinco miembros, menos de cinco hectáreas de terreno y solo un hijo que se quedaría cultivando el cafetal. Las familias no siembran café solo en sus parcelas, también cultivan una enorme variedad de plantas para el consumo propio y el intercambio, destacando las más de diez variedades de plátano, diversos tipos de aguacate y cítricos. Del mismo modo, crían animales de traspatio y trabajan la apicultura. Los principales problemas que enfrentan las familias cafeticultoras en orden de importancia son: plagas y enfermedades, fenómenos climáticos, baja productividad de los cafetales y, desde este año, bajos precios en el mercado internacional. Ante ello se esmeran por realizar mejores labores culturales de limpia y poda y renuevan sus cafetales con variedades tolerantes a la roya. Las familias que llevan más tiempo como socios de alguna organización son las que aplican más estrategias para hacer frente a estas problemáticas. En la cafeticultura convencional, con el cambio a variedades tolerantes a la roya, derivadas del híbrido de timor, las familias también disminuyeron la sombra en sus cafetales pues soportan menos sombra que las tradicionales. Por el contrario, las familias socias de comercio justo y sus organizaciones, están experimentado con variedades criollas que muestran tolerancia a la roya pero que también les permiten mantener los cafetales con buena sombra (entre 40 y 50%) y conservar la calidad en su taza de café. Lo anterior es importante porque la sombra protege a la tierra de la erosión y reduce sobremanera el riesgo de deslaves para las poblaciones cercanas.
Así, los cafetales cultivados con sombra diversa benefician no sólo a sus dueños, sino también a la sociedad, pues al asemejarse a una selva cultivada proporcionan agua, aire, preservan la tierra y ofrecen paisajes para el disfrute. Los cafetales con sombra están en sintonía con lo que de manera urgente nos pide hoy el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas. Los resultados del diagnóstico fueron compartidos y analizados con las organizaciones de comercio justo a través de talleres regionales participativos en los principales estados productores de café. En ellos se arribó a los siguientes temas, considerados como prioritarios para trabajar en el futuro: manejo holístico de plagas, renovación de cafetales, diversificación productiva, conservación y fertilidad de la tierra, inclusión social (infantil, juvenil, adultos vulnerables, mujeres), soberanía alimentaria y fortalecimiento organizacional. Los socios y socias de las organizaciones de comercio justo afirman que el principal motivo por el cual están organizados es vender mejor su café y no caer con los intermediarios. Estas organizaciones cobran más importancia si consideramos que ahora tienen que realizar más labores de cultivo para hacer frente a los efectos del cambio climático y lograr que el fruto aromático llegue la mesa de las familias junto con varios servicios ambientales. Lo que corresponde a las y los consumidores para mantener el apoyo mutuo entre el campo y la ciudad es comprar en las cafeterías y expendios que ofrezcan café de pequeños productores de comercio justo para que con ello apoyemos a las familias cafeticultoras del país para que mantengan el cafetal que nos da futuro.
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