Que esclavitud y racismo terminen algún día, mensaje en esa obra de la compositora Hilda Paredes
Miércoles 17 de octubre de 2018, p. 5
Luego del exitoso estreno en el Muziekgebouw de Ámsterdam, Holanda, la ópera Harriet: escenas de la vida de Harriet Tubman, de la compositora mexicana Hilda Paredes, llega al país y tendrá dos funciones, con una producción internacional y la participación de músicos del Hermes Ensemble, de Bélgica.
La primera será hoy en Guanajuato, en la edición 46 del Festival Internacional Cervantino, y la segunda, este viernes 19 a las 20 horas en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000).
Esa ópera narra la vida de Harriet Tubman, afroestadunidense que se ha convertido en icono de la lucha libertaria en Estados Unidos luego de que a mediados del siglo XIX logró escapar de su condición de esclava en Maryland y desde ese momento arriesgó la vida para salvar a cientos de familias que sufrían las mismas condiciones en los campos de cultivo.
Con duración de 90 minutos, la obra está estructurada en cuatro actos y un epílogo que abarcan la infancia y la adolescencia del personaje hasta un mensaje que emite al presidente Abraham Lincoln.
‘‘El epílogo es un mensaje de esperanza para que la esclavitud y el racismo algún día lleguen a su fin”, destaca en entrevista con La Jornada Hilda Paredes (Tehuacán, Puebla, 1957), quien es una de las compositoras nacionales más importantes y con mayor proyección internacional de su generación.
En esta nueva ópera, al tratar la esclavitud y la lucha por la libertad, la autora mantiene la constante que caracteriza sus tres anteriores trabajos en ese género: un contenido de índole social.
‘‘En toda la obra que hago para escena siempre ha habido temas de género, sociales, humanitarios y políticos. Es el caso de La tierra de la miel, que versa sobre el tráfico de mujeres en la frontera para la prostitución. También de El palacio imaginado, que habla del colonialismo y la imposición de modelos culturales ignorando nuestra historia indígena.
‘‘La cuestión de género está tratada en La séptima semilla, mi primera ópera”, detalla.
Paredes llegó a Tubman gracias a la soprano Claron MacFadden, quien la encarna en el montaje y se la sugirió cuando el festival Cervantino, con la dirección todavía de Jorge Volpi, le encargó escribir una ópera.
‘‘Esto fue hace unos cinco años. Ha sido un viaje increíble de investigación y descubrimientos de ese personaje tan extraordinariamente humano y polifacético que si hubiese vivido en el siglo XX, creo que le hubieran dado el Nobel”, define.
‘‘Era una esclava que se fugó de la plantación donde había nacido y liberó a muchos esclavos. En ese proceso se convirtió en la líder del ferrocarril subterráneo, que nada tenía que ver con el ferrocarril, sino que era una red que ayudaba a los esclavos a fugarse hacia el norte en busca de libertad y en la que participaban muchos blancos cuáqueros.”
Destaca que esa mujer jamás fue atrapada y se enorgullecía de que ‘‘nunca perdió a un pasajero”. Durante la guerra de secesión la llamaron porque conocía el terreno y tenía muchas tácticas para esconderse. Fue un personaje clave para la liberación y para ganar varias batallas; la más famosa fue cuando liberó a 800 esclavos, añade.
Hilda Paredes aclara que la música de esta obra es netamente contemporánea, lo cual no impide ser disfrutada por todo público.
‘‘El gran reto de contar esta historia, que es alucinante”, fue hacerlo con recursos tan limitados como un violín, una guitarra, una percusión y medios electrónicos, así como dos cantantes mujeres, apunta; y ese trabajo ha despertado tal interés que tiene ya nueve presentaciones confirmadas: en Holanda, Inglaterra, Francia y Bélgica.