Sociedad y Justicia
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Difícil de identificar, el plagio académico
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de octubre de 2018, p. 36

El avance tecnológico y un mayor y más rápido acceso a diferentes fuentes de información en diversos idiomas han hecho todavía más difícil la identificación del plagio académico, práctica que se reproduce pero que no es privativa de un país o de algunas instituciones educativas.

Rosa Elizondo, directora regional para América Latina de Turnitin, empresa tecnológica dedicada al diseño de software para mitigar el riesgo del plagio académico y profesional, señala que existe un vacío legal en prácticamente toda la región, pues son contados los países que, como Colombia, tienen una legislación que castiga este tipo de prácticas, u otros como Perú y Ecuador, donde han empezado a trabajar el tema.

En tanto, en otras naciones, regularmente las más grandes y que cuentan con mayor número de universidades e instituciones de educación superior, es donde hasta el momento no se le ha dado la importancia necesaria a la integridad ética a la academia y a la investigación.

Por ejemplo, un estudio reciente realizado por esta empresa, señala al menos 12 por ciento de los trabajos académicos realizados por estudiantes de nivel superior y bachillerato tienen grandes problemas de plagio y material no original; éste está identificado como uno de los principales problemas que enfrentan las comunidades educativas.

Estos resultados coinciden con observaciones realizadas por el Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las cuales señalan que existen cada vez mayores indicios de esta práctica en el país, en las cuales prevalece un profundo vacío legal, dentro y fuera del ámbito, por lo que las sanciones son inexistentes.

En este problema están involucrados prácticamente todos los niveles educativos, desde estudiantes y tesistas, hasta profesores e investigadores, tanto de instituciones privadas como públicas, grandes o pequeñas, reconocidas o no, en una situación que empieza a gestarse desde los grados básicos con el famoso copiar-pegar de los textos en las tareas escolares.

La ejecutiva de Turnitin señala que en el fondo se ha comprobado por varias investigaciones que esto, en parte se debe a una brecha de conocimiento, donde a los alumnos no se les enseña a investigar, consultar fuentes primarias, ni saber citar adecuadamente las fuentes de información.

En entrevista con este diario, Rosa Elizondo considera que no sólo se debe establecer un marco legal para sancionar a quien recurra a prácticas deshonestas de manera intencional, sino también tener políticas educativas adecuadas que promuevan entre las instituciones un código de ética e integridad académica, el cual debe estar acompañado, dijo, de herramientas tecnológicas para la prevención del plagio académico.