Aunque la posibilidad de que el nuevo gobierno emprenda una campaña para liberar a todos los presos políticos del país genera entusiasmo entre organizaciones de derechos humanos, el tema de cómo lograrlo divide opiniones en ese gremio.

Mientras algunos colectivos consideran que la mejor manera de lograrlo sería por medio de una ley de amnistía, otras estiman que dicha opción plantea algunos inconvenientes, como pasar por alto la complejidad de cada caso o el que los activistas tengan que declararse culpables de delitos que no ­cometieron.

Francisco Cerezo Contreras, integrante del Comité Cerezo México, saludó la posibilidad de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador haya anunciado su intención de excarcelar a los presos políticos, y consideró que la forma idónea y más fácil de lograrlo es declarar una ley de amnistía, pues es suficiente con que las personas que se consideran posibles beneficiarias levanten la mano para que sus casos sean analizados.

La revisión de cada caso, dijo, debería ser analizada por una comisión integrada por funcionarios del gobierno, pero también por integrantes de organizaciones sociales y de derechos humanos, para que no se analicen los expedientes de personas que hayan cometido abusos o delitos reales, y se quieran hacer pasar como presos políticos.

El activista adelantó que el Comité Cerezo ya elaboró una iniciativa de ley de amnistía, la cual enviará al Congreso para su análisis. Es la forma más fácil de liberar a los presos políticos y es la más noble, porque no implica el reconocimiento de delitos, cesa la persecución judicial en su contra y se borran los antecedentes penales, subrayó.

Dudas legítimas

En contraposición, Antonio Lara, coordinador del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, manifestó que tiene dudas legítimas con respecto a una eventual ley de amnistía, por la posibilidad de que los beneficiarios tengan que declararse culpables de un delito que no cometieron, para acceder al perdón gubernamental.

Tenemos dudas de la amnistía porque no estamos en la lógica del reconocimiento de ningún delito. Creemos que la revisión de estos temas debe hacerse con apego a derecho, con una revisión minuciosa de cada uno de los asuntos, donde se revele el motivo de fondo de la persecución a la labor que estaban haciendo los defensores cuando estaban en libertad, aseveró.

De acuerdo con el abogado, la experiencia internacional indica que en los procesos de amnistía se parte del supuesto de que el beneficiario sí cometió el acto por el que se le acusa, y que lo hizo en cierto periodo histórico, para después analizar si se le excusa de la pena de cárcel.

Además de ello, la amnistía parte de ideas generales, cuando hay una variedad innumerable de situaciones por las cuales los presos políticos están en prisión. Los criterios para definir quién es preso político merecen una discusión muy profunda que necesitará una amplia reflexión y por eso tenemos reservas ante la opción de la ley de amnistía, subrayó.