Criminalidad, negocio para medios masivos
e le llamó ‘‘la fuga del siglo" y su protagonista fue Joel Kaplan, condenado por asesinato.
El 18 de agosto de 1971, un helicóptero piloteado por un ex combatiente de Vietnam lo sacó en 10 segundos de la cárcel de Santa Martha Acatitla en la Ciudad de México. Con él se fue su compañero de celda, Carlos Contreras.
El helicóptero los trasladó a una pista en San Luis Potosí. Y de allí una avioneta llevó a Kaplan a Estados Unidos.
Contreras desapareció. Después se supo que la fuga la organizó su hermana con la ayuda de agentes de la Agencia Central de Inteligencia del vecino país (CIA, por sus siglas en inglés).
Hay varios testimonios de lo ocurrido. Como el libro Kaplan: fuga en 10 segundos, de Eliot Asinof, Warren Hinckle y William Turner, y la autobiografía de Carlos Contreras, La fuga del siglo. En una reciente película, La cuarta compañía, también se refieren a ella.
En julio pasado hubo otra en helicóptero de una cárcel de alta seguridad de París. Era la segunda de Redoine Faïd, pues en 2010 lo hizo violentamente de una prisión en la ciudad de Lille.
Faïd tiene 46 años y una larga carrera de delincuente. Tras salir libre luego de cumplir una primera condena por asalto, en 2009 narró su vida y sus fechorías en el libro Braqueur (Atracador) con buenas ventas gracias a las entrevistas que tuvo en televisión, radio y prensa. En ellas dijo haberse redimido. No fue así. Volvió a delinquir y de nuevo cayó preso. Lo condenaron a 25 años de prisión y se convirtió en un referente para la crónica policial gala.
La segunda fuga originó severas críticas a las dependencias de seguridad pública. Y a la vez un desafio. Para recapturarlo, se movilizaron más de 3 mil elementos. Lo lograron hace poco.
Ahora Netflix y la televisión que novela lo más destacado de la delincuencia se interesan en novelar la vida de Faïd. Como ha ocurrido con otros delincuentes famosos (Pablo Escobar, El Chapo Guzmán) la apología de los criminales es buen negocio para los medios masivos.