FMI recorta, una vez más // Pemex: ¿nuevos hallazgos?
ara México, el análisis más reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI), divulgado ayer, vaticina más de lo mismo: recorta la expectativa de crecimiento para 2018 y 2019, es decir, no hay forma –cuando menos con el modelo económico actual– de romper el grillete que mantiene al país amarrado
al 2 y piquito por ciento como promedio anual de avance
.
Una vez más, el FMI sacó la tijera y pronostica que en el presente año la economía mexicana crecería
2.2 por ciento y en 2019, primer año de gobierno de López Obrador, 2.5 por ciento, una proporción 0.1 y 0.2 puntos porcentuales menos, respectivamente, al cálculo que el propio organismo difundió en julio pasado.
Nuestro país acumula 36 años al hilo con un raquítico promedio anual de crecimiento
económico de 2 por ciento, proporción que no alcanza para mayor cosa ni permite salir del estancamiento impuesto por los gobiernos neoliberales, de tal suerte que, si la próxima administración no da un giro en materia de política económica, lo más seguro es que los mexicanos padezcan otro sexenio de más de lo mismo.
En vía de mientras, el FMI divulgó sus Perspectivas de la Economía Mundial (octubre de 2018), de las que se toman los siguientes pasajes: la expansión sostenida que comenzó a mediados de 2016 sigue su curso y se proyecta que el crecimiento mundial de 2018-2019 se mantenga al nivel de 2017. Sin embargo, al mismo tiempo, la expansión es menos equilibrada y es posible que en algunas economías grandes ya haya tocado máximos. Los riesgos para el crecimiento mundial han aumentado en los pasados seis meses y la posibilidad de sorpresas positivas se ha disipado.
Se proyecta un crecimiento mundial de 3.7 por ciento para el periodo 2018-2019, es decir, 0.2 puntos porcentuales menos que el pronóstico de abril para ambos años. En Estados Unidos el ímpetu aún es vigoroso, en medio de un estímulo fiscal que continúa aumentando, pero se ha revisado a la baja el pronóstico para 2019 debido a las medidas comerciales anunciadas hace poco, como los aranceles aplicados a importaciones procedentes de China por un valor de 200 mil millones de dólares. Las proyecciones de crecimiento de la zona del euro y el Reino Unido han sido revisadas a la baja, tras las sorpresas que frenaron la actividad a comienzos del presente año.
En las economías de mercados emergentes y en desarrollo, las perspectivas de crecimiento de muchos exportadores de energía se ven favorecidas por el alza de precios del petróleo, pero se ha revisado a la baja el crecimiento de Argentina, Brasil, Irán y Turquía, entre otros países, como resultado de factores nacionales específicos, la constricción de las condiciones financieras, las tensiones geopolíticas y el encarecimiento de la importación del petróleo.
Tras las medidas comerciales anunciadas recientemente, se proyecta que China y varias economías asiáticas experimenten un crecimiento algo más débil en 2019. Pasados los dos próximos años, a medida que se cierren las brechas del producto y la política monetaria continúe normalizándose, el crecimiento de la mayoría de las economías avanzadas disminuirá a las tasas potenciales, muy por debajo de los promedios alcanzados antes de la crisis financiera de hace una década. El crecimiento de China conservará el vigor, pero se proyecta que disminuya gradualmente.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría sobre los nuevos
yacimientos petroleros anunciados el pasado martes por el director de Pemex, Carlos Treviño: “de tales ‘hallazgos’, solamente Mulach es de 2018; Manik se descubrió en 1996, con el pozo Manik-1, e incorporó reservas por 21.15 miles de millones de barriles de petróleo crudo equivalente, en 2018 se perforó un nuevo pozo que aumentó sus reservas. Koban se descubrió en 2016; Xikin, en 2015, con pozo delimitador en 2017; Esah, en 2015, y finalmente Kinbe en 2011” (ingeniero Alejandro Sandoval Solís, [email protected]).
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