Los cambios en México, el primer país en vías de desarrollo que organizó unos Juegos Olímpicos, y las innovaciones que aportaron al mundo, es el principal legado de la justa en 1968, destacó Felipe Muñoz, primer y único mexicano ganador de una medalla de oro en la justa veraniega, con quien coincidieron el clavadista italiano Claus Diviasi y la nadadora estadunidense Debbie Meyer, dos de los protagonistas extranjeros invitados a la celebración del aniversario 50 de la justa.

Hace 50 años los que éramos jóvenes y teníamos el honor de representar a México nos sentíamos orgullosos de lo que estábamos viendo, y hoy volvemos a sentirnos orgullosos de que fuimos parte de un cambio. México es un país al que ya nos ven diferente gracias a los Juegos Olímpicos, asentó el Tibio Muñoz, durante la recepción que hizo José Ramón Amieva, jefe de Gobierno de Ciudad de México, a los medallistas mexicanos y extranjeros, durante la cual, se desvelaron las placas del boleto del transporte Metro y tarjeta del Metrobús conmemorativos de México 68.

Se pensaba que México podría organizar unos Juegos de forma regular, por mucho. Afortunadamente, organizamos los mejores que se habían hecho hasta ese momento. Nos sentíamos muy orgullosos de lo que logramos, de ser los primeros en muchas cosas, dijo, para luego enumerar algunos de los aportes de los juegos mexicanos, en los que por primera vez se habló español, tuvieron sistemas de medición electrónica, se transmitieron en vivo y a color y los acompañó una olimpiada cultural, entre otras innovaciones, enmedio de manifestaciones sociales en todo el mundo.

El primero en recordarlo en el acto celebrado en el Patio Virreinal del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, fue el clavadista Dibiasi, quien evocó emocionado la consternación por la ma-sacre de Tlaltelolco, de la que los atletas mexicanos estaban ajenos, pero él se enteró por su familia, que lo contactaron preocupados durante la concentración previa a la justa, que realizaba en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano.

“¡Nunca más!, ahora lo recordamos, pero ¡Nunca más! Fueron momentos muy difíciles en la Plaza de las Tres Culturas, pero al final todo salió en paz. Yo en la fosa recibí muchísimo apoyo del público que estaba con Álvaro Gaxiola, quien quedó segundo, pero también estuvieron conmigo.

En nombre de los deportistas, Muñoz agradeció al gobierno capitalino la organización de una serie de celebraciones que durante el año han recordado la gesta deportiva en la ciudad, que tendrá como acto culminante este viernes, una ceremonia recreativa de la inauguración.

La antorcha olímpica será encendida en el Comité Olímpico Mexicano y se trasladará en relevos al estadio Olímpico Universitario, en un recorrido aproximado de dos horas y media. Hacia el mediodía, Enriqueta Basilio, la primera mujer que encendió el pebetero olímpico, volverá a hacerlo.

Medallistas y seleccionados mexicanos, así como más de veinte figuras extranjeras, entre ellos la leyenda estadunidense Bob Beamon, ícono por su salto de 9.80 que requirió una cinta extra para ser constatado, harán un desfile ordenado por deportes, para después formar los aros olímpicos en el campo, acto en el que también participarán entrenadores, jueces, edecanes y voluntarios.

La jornada de la familia olímpica de México 68 concluirá con una comida amenizada por el grupo Locos del Ritmo, en una estancia de Ciudad Universitaria, y mañana sábado tendrán una última reunión en la Sala de Armas Fernando Montes de Oca.

Otro acto tendrá lugar el 23 de octubre, cuando el ex boxeador estadunidense George Foreman, campeón de peso completo, devele una serie de placas de los medallistas mexicanos en puntos de Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca.