El sector empresarial ve con buenos ojos que la próxima administración haya abierto la posibilidad de que el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) se construya con recursos de la iniciativa privada en caso de que sea elegido el proyecto de Texcoco en la consulta pública. Sin embargo, insistió en que a pesar de que la muestra sea representativa, la decisión final debe ser adoptada por expertos.

En entrevista, José Manuel López Campos, dirigente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio y Turismo (Concanaco-Servytur), aplaudió que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, haya expresado, mediante un video difundido en las redes sociales el pasado lunes, que considerará la posibilidad de que la obra ubicada en Texcoco se termine, siempre y cuando el sector empresarial aporte el dinero que hace falta para que el gobierno no destine recursos públicos en esa obra.

Vemos con buenos ojos esta apertura. La vemos como una invitación a la posibilidad de que se pueda realizar el aeropuerto de Texcoco. Estamos seguros de que habrá muchos interesados y que en términos de transparencia, como él (López Obrador) ha ofrecido desde su campaña, se licitará a quien ofrezca las mejores condiciones, afirmó.

Manifestó que las terminales aéreas de alto flujo –como el NAIM, con el cual se pretende mover a 135 mil pasajeros en su punto más alto– son negocios en los que existe interés por invertir y no habría ningún inconveniente en que la IP se encargara de terminar la obra.

El presidente de la Concanco resaltó que el NAIM es necesario para mejorar la logística de la capital mexicana y advirtió que si no se construye, el crecimiento del sector turístico nacional de los años recientes no será sostenible al no mejorar la conectividad aérea del actual Aeropuerto Internacional de Ciudad de México.

Consideró que cancelar la obra de Texcoco enviaría un mal mensaje a los inversionistas, sobre todo ante los grandes proyectos de infraestructura que ha planteado el presidente electo para su programa de gobierno, pues se necesita de una cuantiosa inversión en la que van a tener que recurrir al sector privado. Sin embargo, al no generar confianza, los inversores no participarán.

Agregó que es posible solucionar los problemas que presenta la construcción y en cuanto a los costos, serían absorbidos por la iniciativa privada en caso de que les otorguen la concesión.

Al preguntarle acerca de la consulta que se aplicará del 25 al 28 de octubre, que abarcará a 82 por ciento de la lista nominal de electores, el dirigente empresarial sostuvo que independientemente de si es suficiente o no, la cuestión es el nivel de conocimientos que tienen las personas en materia de mecánica de suelos, ingeniería y urbanismo, entre otros temas.

Explicó que aunque los usuarios participen en la consulta, es probable que no sean expertos en esos temas, por lo cual la decisión debe dejarse en manos de quienes saben.¿Por qué someter a consulta popular un tema que corresponde a los expertos?, cuestionó.

Agregó que la principal consulta se realizó el primero de julio, cuando 53 por ciento de los votos favoreció a López Obrador, quien tiene la última palabra. Si la decisión es correcta, se le aplaudirá en el futuro; si no lo es, será su responsabilidad.

Consideró que se corre el riesgo de que decidan personas sin experiencia y se adopten decisiones incorrectas, como la de la Terminal 2 (que también está saturada), con la cual se buscaba solucionar la necesidad de un nuevo aeropuerto y se construyó por la oposición de los pobladores de Atenco.