Habitantes de los pueblos originarios en resistencia a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) que se entrevistaron la semana pasada con el equipo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, señalaron que las obras han generado un fuerte impacto social y ambiental en al menos 43 municipios del oriente del estado de México.

Precisaron que entre los daños están la devastación de cerros, minas clandestinas, desabasto de agua, robo y venta de combustible (huachicoleo), desplazamiento y exterminio de fauna nociva, extracción de material pétreo, relleno de socavones con lodos tóxicos, tiraderos e incineradores, así como destrucción de zonas de valor arquitectónico, arqueológico y cultural.

Durante la reunión que sostuvieron con Javier Jiménez Espriú, próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; Alejandro Encinas, futuro subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación; Josefa González Blanco, que encabezará la Secretaría de Medio Ambiente, y Román Meyer, propuesto como titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, por mencionar algunos, acordaron realizar en los próximos días un recorrido por algunas comunidades.

Los pobladores indicaron que según cifras del Grupo Aeroportuario de Ciudad de México, hay 119 minas autorizadas, mientras son más de 150 las que extraen material pétreo para el NAIM. También en las denuncias que hicieron está el retiro de 5 millones de toneladas de tierra y escombros que deberán depositarse en algún lado.

Añadieron que en Tequesquináhuac, San Luis Huexotla y el ejido de Tlaminca, por ejemplo, se ha denunciado el depósito de lodos tóxicos provenientes del lago de Texcoco y que en 28 municipios se registra extracción de material pétreo para el proyecto del NAIM, además de la circulación de alrededor 3 mil tractocamiones.

Advirtieron que otros 20 municipios reportan daños a viviendas por la operación de minas y paso de góndolas, y 13 localidades manifiestan daños a la salud por polvos y ruidos de la explotación pétrea.

Pero no sólo eso. Expresaron que la devastación también ha llegado a cuatro zonas de protección ecológica, entre ellas los cerros de Tezontlalli, Gordo, Colorado y San Nicolás Tlaminca. Hay afectaciones en actividades productivas agrícolas en seis municipios. Todo lo anterior aunado al rompimiento del tejido social y violencia en ocho localidades. Hay amenazas, detenciones y dos casos de asesinato, el más reciente el del ingeniero Javier Ramos Arreola, opositor a la destrucción del cerro del Tenayo, ocurrido en el municipio de Tlalmanalco a finales de septiembre pasado.

Por separado, integrantes de Pueblos Unidos de la Cuenca del Valle de México realizan del 4 al 21 de octubre un referendo popular sobre el NAIM en escuelas, centros de trabajo y comunidades. A la fecha han repartido más de 12 mil de volantes que contienen cinco preguntas, a fin de que ciudadanos, trabajadores, estudiantes y pueblo en general decidan sobre la cancelación de la construcción.

El miércoles 12 de este mes participarán en la acción global contra el NAIM. Consistirá en bloquear las vialidades cercanas a la obra. Los contingentes partirán de dos puntos: del Metro Oceanía y de la Universidad Autónoma Chapingo.