Una mafia de la construcción se ha apoderado de la zona oriente del Centro Histórico con la protección de las autoridades, donde ha habilitado 50 plazas comerciales en inmuebles irregulares y hasta catalogados, y provocado la expulsión de alrededor de 17 mil habitantes en menos de dos décadas, denunciaron vecinos.

Viejas vecindades ubicadas en las calles Manuel Doblado, callejón de Mixcalco, Leona Vicario, Lecumberri, Jesús María, República de Bolivia, República de Venezuela, Peña y Peña, Rodríguez Puebla y República de Colombia han dado paso a las plazas De las Estrellas, Mía, Damas y Torres de Plata.

Alrededor de 250 comerciantes nacionales o provenientes de China, Corea e India ofrecen su mercancía en una extensión de unod 50 mil metros cuadrados y pagan un promedio de 40 mil pesos por local, que no cuenta con uso de suelo ni manifestación de obra.

Los vecinos, quienes solicitaron el anonimato ante las amenazas recibidas, señalaron que también tesoros prehispánicos y coloniales han sido devastados o robados por esta mafia, como en los números 42, 44 y 46 de la calle Jesús María.

Ahí, un prototipo de vivienda del siglo XVIII, catalogado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y registrado por la Unesco, desapareció, luego de sobornar al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que les dio la concesión.

El INAH autorizó sólo el arreglo de la fachada, pero demolieron e incurrieron en un delito federal, que fue denunciado ante el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, la alcaldía de Cuauhtémoc y el Instituto de Verificación Administrativa, pero nadie ha actuado, afirmaron.

Los resolutivos emitidos por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial para la demolición tampoco han sido cumplidos y las clausuras realizadas por el Invea son simbólicas, al colocar los sellos en las columnas, para que las plazas abran sin problema.

Acusaron a Arturo Balandrano, coordinador nacional de Monumentos Históricos del INAH, de permitir que los tesoros prehispánicos y coloniales del Centro Histórico, patrimonio de la humanidad, hayan sido devastados o robados por esa mafia, encabezada por el arquitecto Gregorio Leyva.

Las viviendas, que son una amenaza para construir sus plazas de más de 15 metros de altura, violando la norma, son compradas con amenazas a precio catastral, lo cual ha derivado en gentrificación, pues de 32 mil habitantes sólo quedamos 15 mil, señalaron.

Además evaden al fisco, pues siguen apareciendo como vecindades en el Registro Público de la Propiedad, no como plazas, pagando 6 mil pesos bimestrales, menos de una sexta parte de lo que paga un local de renta.

Los denunciantes mencionaron que algunas plazas, además de la de Jesús María, están en construcción, como la de Manuel Doblado número 104 y la de la esquina de Zapata y Circunvalación, por lo que llamaron a las autoridades federales y locales a actuar ya.