Esposo solicita a autoridades estadunidenses trato digno a migrantes muertos
Domingo 7 de octubre de 2018, p. 14
Ana Concepción Ortiz es una de las miles de personas migrantes víctimas fatales del desierto en la frontera con Estados Unidos. Su identificación y repatriación, de acuerdo con su esposo, tardó 11 años ocho meses. Esta historia ejemplifica por qué la Coalición Forense de la Frontera (FBC por sus siglas en inglés) ha solicitado ante instancias internacionales comparta con organizaciones de México y los países de Centroamérica sus bases de datos genéticos de personas no identificadas halladas en la frontera.
El de Santos Pastor Paulino Vázquez es uno de los testimonios difundidos por la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, que conformada por científicos forenses y académicos, es una de las más de 46 organizaciones que integran esta red.
Restos perdidos en el desierto
Él planeaba viajar de El Salvador a Colorado, Estados Unidos, y formar parte de las familias que acudieron el viernes a una audiencia programada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a solicitar la creación de un mecanismo trasnacional de identificación de migrantes desaparecidos; sin embargo, el gobierno estadunidense le negó la visa.
“Mi esposa viajaba en 2006 indocumentada (…) sin pensar que iba a ser una de las víctimas fatales del desierto”, relató Santos, y solicitó a las autoridades estadunidenses que hagan todo lo necesario, que no jueguen con las familias salvadoreñas, centroamericanas o mexicanas y que tenga una repatriación digna
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La fundación también dio a conocer el caso de Grisi Cal Jichá, quien partió de Guatemala a Estados Unidos en 2010. Cruzó a pie la frontera por el desierto de Arizona y después de 15 días de camino murió. Su hermano la cuidó hasta el amanecer y dejó su cuerpo bajo un arbusto. Entre la neblina, siguió una ruta para buscar ayuda; la Patrulla Fronteriza lo encontró y después lo deportó.
El cuerpo de Grisi continúa en algún lugar del desierto. Ana Lorena Delgadillo, directora ejecutiva de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, explicó que casos como la de la joven guatemalteca podrían verse beneficiados si el gobierno de Washington comparte su información.
Delgadillo consideró que la audiencia ante la CIDH fue un buen inicio para discutir el tema de restos de migrantes en la frontera sur estadunidenses. Hubo mucha contundencia por parte de los testimonios de las víctimas que se presentaron y lo que implica la tortura y el dolor emocional que causa el tener un familiar desaparecido sin tener respuesta por parte de los estados
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Intercambio de información
No obstante, se esperaba una mejor respuesta por parte de los representantes del gobierno de Estados Unidos,como el ofrecimiento de dar seguimiento al tema mediante el establecimiento de mesas de diálogo para avanzar en la conformación del mecanismo de cruce de muestras de ADN de familiares de desaparecidos con restos encontrados. Esto no requiere de grandes tecnologías (...) Lo único que se requiere es voluntad
, indicó Delgadillo en entrevista telefónica.
En paralelo, celebró la disposición de la CIDH de colaborar con la red para crear un modelo para la identificación de restos de personas que pueda ser replicado en países de la región.